-Al fin, después de tantos años de fracaso y teniendo regalos que no quería, al fin Santa me dio lo único que quería con todo mi ser-
Me decía delante del espejo donde posaba con mi nuevo cuerpo y nueva ropa, ya que esta mañana al despertar, mi regalo de navidad, era lo que más quería en el mundo desde que tengo memoria.
-Aw~ mi querida Ruka ha crecido tanto estos años, que aunque sea más joven que antes no puedo evitar sentirme más viejo-
Así era, el hermoso y lindo cuerpo de mi hermanita menor me pertenecía, era mío ahora, su maravillosa vida se volvió mi vida.
-Debo dar las gracias a Santa por tan maravillosa sorpresa, cuando empezaba a perder la esperanza, despierto así-
Al estar en el cuerpo de Ruka no pude evitar recordar todo lo que había pasado durante tantos años; gracias a ella fui visto como un bicho raro por toda mi familia mientras ella se iba ganando más y más el aprecio de todo el mundo, hasta que antes de darme cuenta, había sido excluido por todos dentro y fuera de la familia.
Ella fue haciendo una vida perfecta, es una chica linda, llena de talentos y habilidades, por no decir que su personalidad con todos menos conmigo, la hace bastante querida por donde esté, se podría decir que ella era lo contrario a mi, o al menos yo era bastante diferente a la horrible imagen que me dio.
Por eso deseaba tanto su vida perfecta, merecía algo mejor de lo que tenía por su culpa.
Nunca pude ponerlo en mi carta, sabía que estaría en problemas si mis padres o mi hermana descubrían ese deseo, así que fue un deseo secreto que había guardado tanto tiempo en mi vida y del cual no me rendía en esperar que se volviera realidad.
Hoy mi deseo se hizo realidad, y de una mejor forma de la que imaginé por varias cosas: estoy seguro de que este bello y llamativo atuendo es algo que Santa también me obsequio.
-¿O será que mi hermanita le gusta usar esto cuando esta sola? Seria un gran escándalo salir de mi cuarto usando esta ropa, es tan encantadora que muero de ganas por hacerlo pero arruinar mi nueva vida y reputación seria una tontería-
Empecé a jugar con la tela de mi atuendo en las partes mas delgadas, para poder apreciar mi nuevo cuerpo con mayor detalles; era una deliciosa vista que casi la podía saborear, al usar esta prenda como traje de baño lleno de volantes rosas, con ligas del mismo diseño en mis piernas y atando mi cabello en coletas; dando una imagen tan pura y linda como sugerente y atrevida, me encanta.
-Pero por mucho que me encante ser Ruka, me encanta más que mi antiguo yo y la antigua Ruka no están-
Sonreía al pensar en eso y es que no había ni rastro de mi cuerpo masculino, ni de otra Ruka, ni fotos, ni menciones ni nada, era como si "Ruka" siempre hubiera sido una hija única, lo cual a mi me ahorraba montones de problemas.
-Bueno, gracias a que Santa cumplió mi deseo y mucho más, volviéndome hija única y dándome ropa linda, me pregunto ¿Qué es lo primero que debería hacer?-
-¡Ruka! ¡Hija! Baja un momento, Santa te trajo un regalo-
Entonces eso es lo primero que haría, vestirme apropiadamente para ir con papá por su regalo, conociéndolo seguro que es algo super caro que no dudo en comprar para su adorada hija.
-¡Ya voy, papi!.... Luego tendré que acostumbrarme a ser su niña mimada, pero más importante, tengo que acostumbrarme a todo esto-
Sacudía con descaro mi cuerpo, sonriendo por el atrevido resultado que veía en el espejo pero no podía tardar demasiado, debía vestirme para ir con papá, seguramente mamá hará de desayunar y más cosas que no estoy seguro de si puedan o no suceder ahora que soy mi hermanita. Sin embargo de lo único que estoy seguro es de que.
-Nunca podré dejar de agradecer a Santa por su regalo-
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