Su pareja

Mi mejor amigo Alan nunca ha sido bueno hablando con las chicas, es como si tuviera una eterna mala suerte porque haga lo que haga termina yéndole no de la mejor forma lo que empezó a traerle burlas con el tiempo, especialmente en su casa. 

Así que cuando me dijo que tenía un plan para terminar con esas burlas, al menos por un tiempo, me entró la curiosidad de saber que es lo que haría al respecto. 

Al momento de preguntarle, Alan sacó un anillo que me dijo me pusiera cosa para responder mi duda, cosa que hice sin entender cómo es que eso le ayudaría. 

Puse el anillo en uno de mis dedos y de repente todo mi cuerpo se empezó a transformar, empezando por mis manos que se volvieron mucho más delgadas, yendo después por todo el largo de mis brazos haciendo lo mismo, dejándome sentir como mi cara y todas sus partes se iban transformando; labios más gruesos, mejillas, ojos y cejas delineados junto a un creciente cabello negro que no se detenía. 

El resto de mi cuerpo también se seguía alterando y mi ropa se había esfumado dejándome al desnudo para ver como se hacían estos cambios. Los pechos empezaron solo como un par de pequeños bultitos pero en los siguientes segundos crecieron sin parar hasta volverse unas cosas enormes que no me dejaban mirar el suelo y que me pesaban demasiado en la espalda. 

Luego de mis pechos mi abdomen también cambió aunque no pude verlo por los pechos, sintiendo el siguiente cambio cuando mis piernas y el trasero empezaron a crecer. 

Fue en cuestión de segundos para que mi cuerpo masculino se volviera el de una hermosa modelo con joyería y un ajustado mini vestido rojo con escote que cualquier hombre se detendría solo para mirar. 

Intenté moverme y hablar pero mi amigo me ordenó que me callara, cosa que hice sin rechistar, dándole la oportunidad de explicarme que sucedió. 

Me dijo que compró ese anillo a una bruja y que tenía diversos efectos en quien lo usará: el primero es volverlo alguien del sexo opuesto muy atractivo, cosa que ya me sucedió al punto de ser irresistible e irreconocible con mi cuerpo masculino. El segundo efecto es dar total control y obediencia de mi cuerpo y boca al dueño del anillo, en este caso a mi amigo. 

Alan me dijo que no me asustara ya que no planeaba dejarme así por el resto de mi vida pero hoy sí, porque me volvería su pareja sin importar que le dijera, decía que por hoy Luis no estaba, solo era Leah, su más reciente novia con las características como ser muy bonita, cariñosa, descuidada, sincera, obediente, sumisa a él, algo tonta y un largo etcétera de condiciones que me puso y estaba obligado a cumplir por mucho que me resistiera, incluso me restringió el lenguaje haciéndome imposible pedir ayuda y solo poder hablar cuando me pregunten algo o para dar cumplidos y decir cuanto amo a mi novio. 

Lo único que me consuela es la idea de volver a mi cuerpo después de la cita con su familia, donde quiera o no, me voy a comportar tal como él me ordenó, un ejemplo de esto fue que cuando me transformó en chica podía caminar de forma segura con los tacones pero con esa personalidad "Tonta y descuidada" que me dio, ahora siento que tiemblo al usar los tacones además de sacudir mis pechos y trasero casi al descubierto, podría tener este pegado y sensual vestido rojo pero debajo de él no tengo ropa interior, un problema más a la larga lista que ya tengo por este cuerpo. 

Sin embargo me tengo que esforzar para ayudar, a la fuerza, a mi amigo y para que al terminar la cita me quite este anillo feminizador. 

Pero ya no tengo tiempo de pensar en eso, solo me queda ser una buena novia por el resto del día, justo ahora estoy moviéndome y posando un poco afuera de su casa tal como él me pidió; me pidió parecer distraída mientras él entraba por su familia para asombrarlos al verme aquí afuera, luego de eso entraría a comer con ellos demostrando mi profundo amor por Alan para terminar el día yendo juntos a mi casa para volverme a mi cuerpo. 

Recordar todo el plan genuinamente me distrajo, volviendo en mi cuando oí los comentarios de asombro de la familia de mi amigo al verme, tal como había planeado haciéndome sonreír para caminar hacia ellos, "abrazando a mi amado" para entrar y seguir el plan trazado por el resto del día como su pareja.