Fiesta de graduación

Créditos a quien correspondan

-Oye, pero que linda señorita-

Decía en un tono juguetón la pelinegra con vestido negro mientras sujetaba la mano de una chica idéntica a ella usando un vestido similar pero de color rosado.

-Basta, prima, deja de tomarme el pelo así-

-¿Pero porque? Lo digo muy en serio, ¡Mírate! Ahora somos idénticas y eso me hace muy feliz, es como tener una gemela-

-Pero no olvides que no soy tu gemela, soy tu primo-

Dijo la chica del vestido rosado mientras sonreía con vergüenza, la sonrisa de su prima y su emoción por lo que harían era simplemente contagiosa, al verla sonreír, no podía evitar sonreír con ella.

-Por hoy no, tú no eres Carlos, eres Karla, mi prima que vino de visita y mi hermosa acompañante a la fiesta que hay esta noche ¿Verdad?-

-Si. es verdad Lanita-

Lana es una chica hermosa por donde se vea, además de muy inteligente. Sin embargo puede ser sumamente tímida con las personas, excepto Carlos, un primo que creció con ella y con quien se lleva realmente bien desde que tiene memoria, él siempre ha estado apoyándola de una forma u otra pero esta vez en serio era de una forma diferente. La chica había sido invitada a una fiesta de graduación del chico que le gusta, ni ella supo como fue capaz de aceptar la invitación por lo ansiosa que estaba pero lo hizo. El problema ahora era que no había forma de que su timidez le dejará ir sola a tal evento por lo que sin dudar llamo a su primo para que la acompañara, cosa que hubiera aceptado de no ser por poder estorbar al chico para acercarse a su prima.

No obstante, no estaba todo perdido, hace muchas generaciones hubo una maga en la familia y siendo Lana una descendiente directa de ella capaz de usar hechizos por cortos periodos de tiempo, nunca antes lo había hecho pero bien valía probar su idea; convertir a su primo en una hermosa chica de su edad para que ambas pudieran ir a la fiesta sin problemas.

Créditos a quien correspondan.

En un inició Carlos no estaba tan seguro pero al ver a su prima simplemente no pudo decir que no y terminó aceptando. Así, dando inicio a la transformación por medio de unos polvos mágicos que preparó la chica y que soplo delicadamente hacía su primo, polvos que rápidamente rodearon al joven mientras lo volvía una chica con hermoso vestido y tacones altos.

-Cielos, tengo frío en mis piernas...¿No me caeré con los tacones?...Ahora hasta me cuesta ver al suelo por mis pechos ¿Son muy grandes? Espero no me hagas usar escote o cosas tan atrevidas-

-¡Tranquila, prima! El hechizo funciona de maravilla y te dio un cuerpo de acuerdo a la edad aunque ciertamente y por más linda que te veas con ese vestido, te ayudaré a probarte otros para más noche y de paso te enseño a caminar, maquillarte y cuantas dudas tengas ¿Vale?-

Tras aceptar, ambas en el cuarto de Lana se quitaron la ropa, conociendo el cuerpo de Karla para probarse los tacones, sus vestidos de noche y una lencería diferente.

Créditos a quien correspondan.

-Lana, entiendo los tacones, el vestido, incluso los aretes pero ¿Por qué uso esta lencería? La otra que tenía era más cómoda-

-El bra lo tuve que cambiar para que no arruine el aspecto del vestido y de paso te hará mejor llevar bragas de señorita y no unas rayadas de niña-

-¿¡Pero porque!?¿¡Porque me diste una tanga!?Es muy apretada y siento que se mete entre mis nalgas-

-En primer lugar habla como una dama y en segundo es porque pensé te verías más linda e incluso sexy por si conocías a alguien primita-

-Ni por ti saldré con un chico ¿Lo sabes?-
-Jajajaja me refería a otra chica pero si tú pensaste en alguien más es tu asunto. Mejor vayamos por el último atuendo-
Entre burlas, juegos y demás ambas se quitaron los vestidos, Karla con más problemas como era de esperarse pero el siguiente era un conjunto mucho más cómodo o eso parecía siendo faldas con más movilidad y blusas que dejaban un poco el ombligo a la vista pero que según Lana, no era nada del otro mundo, convenciendo una vez más a su primo de probárselo.

-Te ves genial Karlita, perfecta para estar cómoda y quizás bailar, con toda la práctica que llevamos en el día seguro eres capaz de bailar ¿Probamos?-

Carlos por costumbre quiso tomar el papel dominante, del hombre al bailar pero su prima la detuvo para decirle.

-No te haría mal saber bailar como una chica, deja que te enseñé-

Seguido de eso su prima la tomo por la cintura y la puso a bailar, era muy diferente ser ella quien era guiada, además de dar tantas vueltas o sentir la cercanía con la otra persona. Por ahora eso no se veía ni la timidez de Lana pero era por la confianza entre ellos, al salir les esperaría un mundo de diferencia en la fiesta pero todavía estaban a tiempo de jugar ahí un poco.

-¡Primita! Te mueves incluso mejor que yo, esas caderas debo moverlas como tú pero tú tienes que aprender algo de mí-

-¿Que cosa?-

-Que al dar muchas vueltas no debes mostrar tu tanguita color rosa-

Dijo juguetonamente para echar a reír viendo como Karla se sonrojaba por completo, pues hasta ahora y porque su prima le daba otra vuelta, se dio cuenta de que enseñaba todo al girar tan rápido, un detalle que no podía dejar pasar en la fiesta-

-Muy graciosa prima pero la tuya con una estrellita de niña buena no es lo mejor-

Tras decir eso levantó la falda de Lana haciendo que ahora ella se sonroje por la vergüenza, un pequeño pleito entre ellas con su ropa interior empezó pero al ver la hora acordaron dejar eso para el día siguiente en la soledad de la casa de Lana, mientras tanto, hoy las primas tienen una fiesta a la cual asistir y si todo sale bien al menos una de ellas terminará con una buena cita al final de la noche.