Estaba tratando de bañarme, sin dar ningún tipo de espectáculo ni de llamar la atención en aquel baño público, simplemente estaba sentada en un banquillo del fondo sin molestar a nadie...pero aún así la vergüenza me invadió, al no poder seguir ignorando esas miradas tan molestas encima de mi.
-¿Podrían dejar de mirarme? Es de lo más humillante que he vivido-
-Perdón pero me resulta impresionante lo mucho que has crecido, es maravilloso, tengo que admitir que hasta te envidio un poco-
Decía llena de emoción aquella chica de cabello pelirosa sentada a mi lado, cuyo único ojo descubierto de su cabello veía con atención y lujo de detalle cada parte de mi cuerpo, algo imposible de ocultar debido a la posición en la que estoy con ambas manos ocupadas.
-B-basta...no digas ese tipo de cosas...me miran como si no fueran chicas también-
Mis tímidas y avergonzadas protestas fueron rápidamente opacada ante la llegada de mi amigo, quien se quejaba con gran esmero.
-¿Estas bromeando? Puede que tú y yo ahora seamos chicas, pero mírame, estoy tan plana que hasta pensé me había convertido en una niña, de no ser por lo que ocurre cada mes podría afirmar que sólo soy una niña. Lo peor de todo es que tú fuiste el último en feminizarte por completo; empezaste con un cuerpo igual de plano que el mío y tan solo mirate ahora; esas tetas son tan enormes que ni has de ver el suelo al bajar la mirada, tienes un trasero como para destrozar a alguien a sentones, una figura de reloj de arena y un rostro de lo más precioso; ¡Tú te convertiste en toda una mujer mientras yo me quedaba atrapada con la forma de una mocosa!-
-B-basta...de verdad...nada de lo que dices tiene razón ni fundamentos...-
Una vez más, proteste tímidamente pero igual que la última vez, mis quejas fueron calladas por mi amigo que no dejaba de montar una escena al comparar mi cuerpo con el suyo y las evidentes diferencias uno del otro.
-¿EH? ¿En serio me dices eso? ¿¡Lo ponemos a prueba!? ¿Cuanto mides? ¿De qué copa es tu sostén? Yo apenas paso del metro y medio y tuve que batallar para encontrar un sostén que no tuviera diseño genérico e infantil, ¿Y tú? ¡Seguro tuviste hasta para elegir!-
No respondí a sus preguntas ni mucho menos a sus declaraciones, de hecho fingí no haber oído nada y me concentre en mojar mi largo cabello violeta para luego ponerle shampoo y empezar a lavarlo. Esta conducta molesto bastante más a mi amigo, haciéndolo repetir.
-¡Te lo dije! Que yo estoy batallando por no comprar mi ropa en la sección infantil y tú, ¿Donde compras tú?-
De nuevo, ignore por completo a mi amigo y seguí lavando mi cabello, sintiendo sus pequeños pasos y presencia detrás de mí, diciéndome con un tono amenazante.
-Tienes dos opciones: O me dices tu altura y talla de pechos o yo misma lo averiguaré estrujando esas molestas ubres y trasero-
Trague saliva y todo el rostro se me puso más rojo que nunca pensando en aquella humillante posibilidad que, a decir verdad, no estaba emocionada por vivir, y por la cual confesé.
-La última vez que me medí estaba en un metro setenta, y mis pechos deben estar cerca de los 90 cm...la ultima vez compré una talla D o algo así pero la encargada me dijo que es cuestión de tiempo para buscar una talla más grande-
Agache la cabeza y talle más rápido mi cabello que no dejaba de tener más y más jabón encima sin importar cuanto intentará quitarlo. La vergüenza de confesar mis medidas era insoportables, en especial sintiendo la intensa mirada de la pelirosa a mi lado, y los ojos llenos de ira de mi amiga clavándose en mi espalda ante mi confesión a medias de la cual esperaba no descubriera las partes donde mentía, puesto que si se daba cuenta que mi talla era más grande de lo que decía, eso solo haría enojar aún más.
-Te maldigo, apuesto a que usas puras cosas atrevidas y lujuriosas para llamar la atención con tu cuerpo, ¡pura lencería lasciva!-
Para no perder la costumbre me quedé en silencio, escuchando a la pelirosa decir que ni siquiera ella utilizaba cosas así y al ver de reojo a mi amigo, su mirada amenazante se había convertido en una llena de sorpresa tras mi silenciosa confesión.
-Espera, ¿En verdad usas...?-
-¿¡Qué más podría utilizar!? Así como tú sufres por cosas de niñas, yo no encuentro cosas tan indecentes con facilidad, a veces ni son tan cómodas pero es lo único que puedo utilizar-
Mi voz temblaba con vergüenza y frustración, dándome cuenta un poco tarde de que había levantado mi tono de voz al hablar sobre el tema menos discreto posible en toda nuestra conversación, y aunque oírme alzar la voz fue motivo suficiente para que mi amiga se calmará, ahora todas las mujeres en las múltiples bañeras y regaderas habían escuchado algo de nuestra conversación.
-¿Podrían dejar de mirarme? Es de lo más humillante que he vivido-
-Perdón pero me resulta impresionante lo mucho que has crecido, es maravilloso, tengo que admitir que hasta te envidio un poco-
Decía llena de emoción aquella chica de cabello pelirosa sentada a mi lado, cuyo único ojo descubierto de su cabello veía con atención y lujo de detalle cada parte de mi cuerpo, algo imposible de ocultar debido a la posición en la que estoy con ambas manos ocupadas.
-B-basta...no digas ese tipo de cosas...me miran como si no fueran chicas también-
Mis tímidas y avergonzadas protestas fueron rápidamente opacada ante la llegada de mi amigo, quien se quejaba con gran esmero.
-¿Estas bromeando? Puede que tú y yo ahora seamos chicas, pero mírame, estoy tan plana que hasta pensé me había convertido en una niña, de no ser por lo que ocurre cada mes podría afirmar que sólo soy una niña. Lo peor de todo es que tú fuiste el último en feminizarte por completo; empezaste con un cuerpo igual de plano que el mío y tan solo mirate ahora; esas tetas son tan enormes que ni has de ver el suelo al bajar la mirada, tienes un trasero como para destrozar a alguien a sentones, una figura de reloj de arena y un rostro de lo más precioso; ¡Tú te convertiste en toda una mujer mientras yo me quedaba atrapada con la forma de una mocosa!-
-B-basta...de verdad...nada de lo que dices tiene razón ni fundamentos...-
Una vez más, proteste tímidamente pero igual que la última vez, mis quejas fueron calladas por mi amigo que no dejaba de montar una escena al comparar mi cuerpo con el suyo y las evidentes diferencias uno del otro.
-¿EH? ¿En serio me dices eso? ¿¡Lo ponemos a prueba!? ¿Cuanto mides? ¿De qué copa es tu sostén? Yo apenas paso del metro y medio y tuve que batallar para encontrar un sostén que no tuviera diseño genérico e infantil, ¿Y tú? ¡Seguro tuviste hasta para elegir!-
No respondí a sus preguntas ni mucho menos a sus declaraciones, de hecho fingí no haber oído nada y me concentre en mojar mi largo cabello violeta para luego ponerle shampoo y empezar a lavarlo. Esta conducta molesto bastante más a mi amigo, haciéndolo repetir.
-¡Te lo dije! Que yo estoy batallando por no comprar mi ropa en la sección infantil y tú, ¿Donde compras tú?-
De nuevo, ignore por completo a mi amigo y seguí lavando mi cabello, sintiendo sus pequeños pasos y presencia detrás de mí, diciéndome con un tono amenazante.
-Tienes dos opciones: O me dices tu altura y talla de pechos o yo misma lo averiguaré estrujando esas molestas ubres y trasero-
Trague saliva y todo el rostro se me puso más rojo que nunca pensando en aquella humillante posibilidad que, a decir verdad, no estaba emocionada por vivir, y por la cual confesé.
-La última vez que me medí estaba en un metro setenta, y mis pechos deben estar cerca de los 90 cm...la ultima vez compré una talla D o algo así pero la encargada me dijo que es cuestión de tiempo para buscar una talla más grande-
Agache la cabeza y talle más rápido mi cabello que no dejaba de tener más y más jabón encima sin importar cuanto intentará quitarlo. La vergüenza de confesar mis medidas era insoportables, en especial sintiendo la intensa mirada de la pelirosa a mi lado, y los ojos llenos de ira de mi amiga clavándose en mi espalda ante mi confesión a medias de la cual esperaba no descubriera las partes donde mentía, puesto que si se daba cuenta que mi talla era más grande de lo que decía, eso solo haría enojar aún más.
-Te maldigo, apuesto a que usas puras cosas atrevidas y lujuriosas para llamar la atención con tu cuerpo, ¡pura lencería lasciva!-
Para no perder la costumbre me quedé en silencio, escuchando a la pelirosa decir que ni siquiera ella utilizaba cosas así y al ver de reojo a mi amigo, su mirada amenazante se había convertido en una llena de sorpresa tras mi silenciosa confesión.
-Espera, ¿En verdad usas...?-
-¿¡Qué más podría utilizar!? Así como tú sufres por cosas de niñas, yo no encuentro cosas tan indecentes con facilidad, a veces ni son tan cómodas pero es lo único que puedo utilizar-
Mi voz temblaba con vergüenza y frustración, dándome cuenta un poco tarde de que había levantado mi tono de voz al hablar sobre el tema menos discreto posible en toda nuestra conversación, y aunque oírme alzar la voz fue motivo suficiente para que mi amiga se calmará, ahora todas las mujeres en las múltiples bañeras y regaderas habían escuchado algo de nuestra conversación.
-Ah, como sea, hay que terminar de bañarnos primero y luego seguimos con esta conversación, estaré a tu lado para que no tengas que volver a alzar tanto la voz-
Al escuchar su suspiro y ver acercarse a mi amigo feminizado, pensé que se sentaría a mi izquierda en el lugar vacía, pero no, ella se sentó a mi derecha, justo donde aquella pelirosa estuvo sentada todo el tiempo y que al volver a mirar se había ido.
-¿A dónde se fue? Ni siquiera la oí-
Al escuchar su suspiro y ver acercarse a mi amigo feminizado, pensé que se sentaría a mi izquierda en el lugar vacía, pero no, ella se sentó a mi derecha, justo donde aquella pelirosa estuvo sentada todo el tiempo y que al volver a mirar se había ido.
-¿A dónde se fue? Ni siquiera la oí-
Susurré al mirar alrededor para averiguar donde había ido aquella chica de cabello rosa que había estado bastante atenta de la conversación que tenía con mi amigo, el cual al oírme preguntar por alguien más se veía bastante confundido.
-¿EH? ¿De quién hablas? Todo el tiempo hemos estado solas, ¿Será que viste mal por todo el vapor que hay aquí? ¿O quizás te entró algo de jabón en los ojos?-
Aunque las propuestas de mi pequeña e infantil amiga eran sensatas, yo tenía el sentimiento de que esa pelirosa siempre estuvo aquí siendo parte de la conversación, pero según mi amiga, solo hemos estado ella y yo...que raro...¿Será que la imagine? Y mas importante aún, ¿cuando o porque mi amigo y yo terminamos como mujeres? Por alguna razón al pensar en eso me invade la vergüenza y la cabeza me da vueltas, quizás sea por llevar tanto tiempo en este lugar ¿O de que me estoy perdiendo que no recuerdo como nos convertirnos en mujeres? Por mucho que intente recordar, no logró tener ni una pista de eso. Quizás una vez termine de bañarme y pueda descansar, trataré de buscarle respuesta a todas estas interrogantes, pero por ahora, pasar el rato con mi mejor amiga sin preocuparme no suena nada mal.
-¿EH? ¿De quién hablas? Todo el tiempo hemos estado solas, ¿Será que viste mal por todo el vapor que hay aquí? ¿O quizás te entró algo de jabón en los ojos?-
Aunque las propuestas de mi pequeña e infantil amiga eran sensatas, yo tenía el sentimiento de que esa pelirosa siempre estuvo aquí siendo parte de la conversación, pero según mi amiga, solo hemos estado ella y yo...que raro...¿Será que la imagine? Y mas importante aún, ¿cuando o porque mi amigo y yo terminamos como mujeres? Por alguna razón al pensar en eso me invade la vergüenza y la cabeza me da vueltas, quizás sea por llevar tanto tiempo en este lugar ¿O de que me estoy perdiendo que no recuerdo como nos convertirnos en mujeres? Por mucho que intente recordar, no logró tener ni una pista de eso. Quizás una vez termine de bañarme y pueda descansar, trataré de buscarle respuesta a todas estas interrogantes, pero por ahora, pasar el rato con mi mejor amiga sin preocuparme no suena nada mal.
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