-Cinthia, date prisa-
Grité desde la cocina terminando de preparar un montón de deliciosa comida.
-¿Es en serio? ¿Tengo que usar esto?-
-Por supuesto, tú misma lo prometiste-
Escuché un gruñido como queja habitual de ella para luego oír pasos y finalmente ver cómo se paraba con los brazos cruzados bajo el marco de la puerta.
-Esto es ridículo, ¿Ya estás contento ahora? ¿Ya puedo quitarme esto?-
Decía refiriéndose al atuendo que elegí para ella y que se tenía que poner por una buena temporada: unas calcetas de franjas moradas con blanco hasta la mitad de sus bien dotados muslos, dejándome disfrutar de una buena parte de sus muslos desnudos hasta llegar a la cintura donde tenía los broches de su pañal morado y que había elegido a propósito más pequeño pero quedando encantado con el resultado, finalmente tenía una blusa rosada sin mangas donde podían verse sus pezones, así como no tenía permiso de usar bragas tampoco le había dado permiso de tener un sostén, su cara además de tener una expresión molesta no tenía ningún maquillaje y arregló su cabello en un par de coletas que me encantan, aún más con esa expresión tan molesta en su cara debido a su adorable atuendo.
No había duda alguna en que ella estaba muy molesta pero así como ella estaba de peor genio que nunca, yo estaba contento como pocas ocasiones, pues de cierta forma mi fantasía se cumplió.
Desde hace algún tiempo pensaba en tener un bebé, me gustaba la idea y se la comenté a mi pareja Cinthia quién rápidamente dijo que ella no se veía teniendo niños todavía, o incluso nunca. Fue decepcionante para mí oír esa noticia, pero decidí no insistir y pensar que con el tiempo su pensamiento cambiaría.
Meses después pregunté una o dos veces más esperando algún indicio de cambio de opinión por parte de mi novia, cosa de la que se burló diciendo que sería más fácil ella ser mi bebé antes que ella me diera un bebé.
Grité desde la cocina terminando de preparar un montón de deliciosa comida.
-¿Es en serio? ¿Tengo que usar esto?-
-Por supuesto, tú misma lo prometiste-
Escuché un gruñido como queja habitual de ella para luego oír pasos y finalmente ver cómo se paraba con los brazos cruzados bajo el marco de la puerta.
-Esto es ridículo, ¿Ya estás contento ahora? ¿Ya puedo quitarme esto?-
Decía refiriéndose al atuendo que elegí para ella y que se tenía que poner por una buena temporada: unas calcetas de franjas moradas con blanco hasta la mitad de sus bien dotados muslos, dejándome disfrutar de una buena parte de sus muslos desnudos hasta llegar a la cintura donde tenía los broches de su pañal morado y que había elegido a propósito más pequeño pero quedando encantado con el resultado, finalmente tenía una blusa rosada sin mangas donde podían verse sus pezones, así como no tenía permiso de usar bragas tampoco le había dado permiso de tener un sostén, su cara además de tener una expresión molesta no tenía ningún maquillaje y arregló su cabello en un par de coletas que me encantan, aún más con esa expresión tan molesta en su cara debido a su adorable atuendo.
No había duda alguna en que ella estaba muy molesta pero así como ella estaba de peor genio que nunca, yo estaba contento como pocas ocasiones, pues de cierta forma mi fantasía se cumplió.
Desde hace algún tiempo pensaba en tener un bebé, me gustaba la idea y se la comenté a mi pareja Cinthia quién rápidamente dijo que ella no se veía teniendo niños todavía, o incluso nunca. Fue decepcionante para mí oír esa noticia, pero decidí no insistir y pensar que con el tiempo su pensamiento cambiaría.
Meses después pregunté una o dos veces más esperando algún indicio de cambio de opinión por parte de mi novia, cosa de la que se burló diciendo que sería más fácil ella ser mi bebé antes que ella me diera un bebé.
Okey, puede que todo fuera mi culpa por insistir de esa forma pero tampoco era necesario que ella se burlara tanto de mi deseo, así que decidí presionarla; le hice prometer que lo hiciera, que fuera mi bebé por unos días y que si lo aguantaba, nunca jamás volveríamos a tocar el tema, algo que sin creer mucho de mí aceptó, supongo que nunca imaginó que lo hiciera realmente.
Pero este fin de semana se haría realidad, un día antes le advertí de que la haría cumplir con su promesa y ella burlonamente lo aceptó una vez más pensando que yo solo estaba exagerando. Sin embargo, hoy es cuando mi novia despierta en nuestra cama y todo lo que encuentra para poder usar es esa ropa infantil que elegí para ella, se estuvo quejando y diciendo que era algo extremo pero después de pelear un rato y recordarle que lo prometió, parece que finalmente cumplirá con lo que dijo.
-No, tienes que usar esos atuendos durante lo que queda del fin de semana, si no lo haces no volverás a ver tu armario como lo conocías-
-Es increíble que me hagas esto A-
-Nada de llamarme por mi nombre, me tienes que decir papá o cosas por el estilo-
-¿Bromeas? No esperes que haga eso-
-Bueno, no esperes que te dé de comer, eres horrible en la cocina y no creo que puedas sobrevivir tú sola todo este tiempo. Para comer, tú siempre has dependido de mi tal como una bebé-
Parecía que poco a poco dominaba la situación y sin importar la mala cara que me ponía mi bebé, estaba aceptando todo lo que yo le decía, todo lo que me había prometido.
-Okey, entonces "papá", ya estoy vestida, ¿Ya puedes darme algo de comer?-
-Por supuesto pequeña, ven-
Sin preguntarle algo, la tomé en mis brazos dando un par de palmadas en su trasero mullido por el pañal, besando su cuello para distraerla y que no pudiera liberarse.
Vi su rostro enrojecer por la vergüenza, y todo el enojo que tenía se había vuelto en una expresión sumisa por mis caricias que al final solo eran un señuelo y que cuando notó, ya era demasiado tarde.
-Espera, ¿Cuando conseguiste esta cosa? Es una silla de bebé enorme y no puedo salir sola, no me digas que-
-No te preocupes, hermosa, ya conseguí todo para que la pases bien en tu fin se semana en pañales pero por ahora no te concentres en tus juguetes o en lo que se aproxima, mejor disfruta de la comida, di "ah"-
Al ver que no la sacaría de su nueva silla y mesita para comer, Cinthia obedeció lo que pedí, momento que aproveché para darle un gran bocado de puré de manzana, algo que se comió pero le sorprendió.
-¿Por qué me diste eso? Yo no quería puré, dame de lo que cocinaste-
-No. Las bebés comen puré con laxante, lo que yo voy a comer es para niños grandes-
-No,yo quiero comer...¿Dijiste laxante?-
Le mostré la botella de laxante vacía que había usado para mostrarle que era verdad y seguir con mi plan.
-No te preocupes, bebé. Tienes tu pañal puesto en caso de accidentes y siempre que me avises puedo llevarte al baño si eres una niña buena. Dime, ¿Eres niña buena?-
Pregunté acercando otra cucharada de puré, el cual mi niña comió a regañadientes diciendo.
-Yo soy una niña buena-
-Así me gusta, ahora hay que seguir comiendo para que tengas energías y una hermosa sonrisa en este fin de semana que tenemos por delante. Te aseguro te vas a divertir-
Con eso dicho y con Cinthia no muy convencida, siguió comiendo su puré mientras pensaba lo siguiente que haríamos en nuestro fin de semana y tomaba unas fotos de mi bebé que guardaría para siempre.
Pero este fin de semana se haría realidad, un día antes le advertí de que la haría cumplir con su promesa y ella burlonamente lo aceptó una vez más pensando que yo solo estaba exagerando. Sin embargo, hoy es cuando mi novia despierta en nuestra cama y todo lo que encuentra para poder usar es esa ropa infantil que elegí para ella, se estuvo quejando y diciendo que era algo extremo pero después de pelear un rato y recordarle que lo prometió, parece que finalmente cumplirá con lo que dijo.
-No, tienes que usar esos atuendos durante lo que queda del fin de semana, si no lo haces no volverás a ver tu armario como lo conocías-
-Es increíble que me hagas esto A-
-Nada de llamarme por mi nombre, me tienes que decir papá o cosas por el estilo-
-¿Bromeas? No esperes que haga eso-
-Bueno, no esperes que te dé de comer, eres horrible en la cocina y no creo que puedas sobrevivir tú sola todo este tiempo. Para comer, tú siempre has dependido de mi tal como una bebé-
Parecía que poco a poco dominaba la situación y sin importar la mala cara que me ponía mi bebé, estaba aceptando todo lo que yo le decía, todo lo que me había prometido.
-Okey, entonces "papá", ya estoy vestida, ¿Ya puedes darme algo de comer?-
-Por supuesto pequeña, ven-
Sin preguntarle algo, la tomé en mis brazos dando un par de palmadas en su trasero mullido por el pañal, besando su cuello para distraerla y que no pudiera liberarse.
Vi su rostro enrojecer por la vergüenza, y todo el enojo que tenía se había vuelto en una expresión sumisa por mis caricias que al final solo eran un señuelo y que cuando notó, ya era demasiado tarde.
-Espera, ¿Cuando conseguiste esta cosa? Es una silla de bebé enorme y no puedo salir sola, no me digas que-
-No te preocupes, hermosa, ya conseguí todo para que la pases bien en tu fin se semana en pañales pero por ahora no te concentres en tus juguetes o en lo que se aproxima, mejor disfruta de la comida, di "ah"-
Al ver que no la sacaría de su nueva silla y mesita para comer, Cinthia obedeció lo que pedí, momento que aproveché para darle un gran bocado de puré de manzana, algo que se comió pero le sorprendió.
-¿Por qué me diste eso? Yo no quería puré, dame de lo que cocinaste-
-No. Las bebés comen puré con laxante, lo que yo voy a comer es para niños grandes-
-No,yo quiero comer...¿Dijiste laxante?-
Le mostré la botella de laxante vacía que había usado para mostrarle que era verdad y seguir con mi plan.
-No te preocupes, bebé. Tienes tu pañal puesto en caso de accidentes y siempre que me avises puedo llevarte al baño si eres una niña buena. Dime, ¿Eres niña buena?-
Pregunté acercando otra cucharada de puré, el cual mi niña comió a regañadientes diciendo.
-Yo soy una niña buena-
-Así me gusta, ahora hay que seguir comiendo para que tengas energías y una hermosa sonrisa en este fin de semana que tenemos por delante. Te aseguro te vas a divertir-
Con eso dicho y con Cinthia no muy convencida, siguió comiendo su puré mientras pensaba lo siguiente que haríamos en nuestro fin de semana y tomaba unas fotos de mi bebé que guardaría para siempre.
Me gustó mucho aunque siento que pudo ser más larga de igual manera me gustó
ResponderBorrarGracias por compartir su opinión, aunque cada historia es diferente, Chimada.
Borrar-Nero.