-Oh que lindo cuerpecito oculta la vecina, Lupita es tan sexy y hermosa, un verdadero desperdicio que no lo aproveché-
Se decía en un completo deleite visual Gustavo, un joven chico de de 17 años perdidamente enamorado de su vecina Lupita quien prácticamente le doblaba la edad, cosas que no fueron un impedimento como para intentar poseerla y ahora disfrutar de su cuerpo paseándose en lencería junto a una diminuta blusa que casi rompe al intentar ponérsela, pero ahora qué la tenía puesta sabía que no se había equivocado al escogerla; los pechos no se cubrían por completo, dejando con la tela y el escote demasiado a la vista por no decir que parecía que en cualquier momento se rompería la prenda para revelar aún más sus senos descubiertos a falta de sostén.
-En serio que probar ese hechizo de posesión, valió la pena, ahora puedo disfrutar cuando quiera de Lupita-
De nuevo, hablaba para si mismo el chico, posando de forma linda y exagerada para presumir todo el cuerpo que la bella mujer tenía y con el cual no sabía que hacer a continuación por todas las bellas opciones que tenía en mente.
Una era probarse toda su lencería, ropita erótica y vestidos, posar delante de el espejo y hablar como si estuviera perdidamente enamorada de él, ansiosa por tenerlo. Ya había echado un vistazo a los cajones para ese momento y ella tenía desde las típicas y hermosas bragas blancas hasta sostenes de encaje y tangas que nunca le había visto y que sería todo un deleite usar mientras suplicaba por el chico vistiendo y jugando con esas prendas puestas.
También estaba la idea de andar desnuda, ver porno y tocarse, oír la dulce y perfecta voz de la mujer gemir su nombre lo emocionaba un montón y le hacía temblar las piernas en su nuevo cuerpo por no decir que tenía curiosidad de ver que se sentía hacer eso como una chica.
Por último estaba la opción de vivir un día como ella; sería lindo tener cumplidos y halagos de todo el mundo al vestirse de forma hermosa y salir a las calles, aunque claro que para él todos esos posibles cumplidos o halagos no serían nada a en comparación de todo lo que piensa el propio Gustavo sobre su vecina.
Todas eran buenas opciones y no podía decidir por alguna así que mientras jugaba como tonto en el cuerpo de su vecina pasaba el tiempo, yendo cada vez más por la idea a que haría todas esas ideas en el cuerpo de la persona que más quería.
Si, ella era algo mayor pero soltera y muy bien parecida, tierna con todos, aun más amable que el resto, una hermosa cara tallada por los dioses con un cabello cuidado y sonrisa perfecta, hermosos y grandes pechos seguidos de un fantástico trasero bien firme y un increíble abdomen plano que solo podía ser superado por sus bien moldeadas y depiladas piernas que si con ropa no dejaban nada que desear, ahora que podía verlas desnudas o solo siendo cubierta por la ropa interior era aún mejor para la vista de cualquiera o en este precioso caso, de Gustavo.
El chico llevaba toda la pubertad enamorado de ella y deseando poder estar juntos pero nunca confesaría sus sentimientos al estar seguro que de una u otra forma serían rechazados, cosa que no estaba dispuesto a aceptar al igual que no aceptaría dejar sola a Lupita.
Por ello uso un ritual que encontró en Internet para poseer cuerpos de forma ilimitada y con ciertas consecuencias aunque él no lo sabe, la página era muy larga hablando de cada mínimo detalle para que su posesión, tiempo de esta y posibles problemas que pudieran surgir fueran controlados para no arruinar la experiencia o peor aún quedarse atrapados dentro del cuerpo que poseyeran. Sin embargo era tanta la emoción y desespero del chico porque esa situación se convirtiera en realidad que hizo lo que quiso sin ponerse a pensar en las muchas consecuencias que habría. Sí, ahora puede disfrutar del cuerpo que tanto amaba sin embargo no podrá salir de el sin conocer a pie de la letra el ritual, incluso sino sale del cuerpo será mucho peor para él. El alma de la chica sigue en su cuerpo junto con su mente, las cuales después de haber pasado viviendo toda su vida de una forma tan reservada y cariñosa como lo hacía Lupita, todo su ser resentiría como es que Gustavo la obliga a actuar y buscaría la forma de volver a actuar como en realidad ella es, no como los deseos de Gustavo querían.
Las consecuencias serían graves, fusionando el alma del chico a la de Lupita en el proceso de volver a ser ella misma, quedando atrapado de por vida en el cuerpo de esta; primero sería como estar atrapado en su cabeza siendo un simple espectador sin control en Lupita pero con el tiempo el alma de Gustavo se uniría a la de Lupita hasta que finalmente se vuelvan uno y el alma de Gustavo termine convencida de que toda la vida ha sido Lupita, una hermosa chica desinteresada en encontrar el amor y que prefiere divertirse muy a su manera.
Pero por ahora Gustavo puede divertirse todo lo que quiera, el proceso de fusión ni es tan rápido pero si que es paulatino así que más le vale notar como él mismo va cambiando o incluso antes decida volver a la normalidad, o sino él en verdad nunca dejará a la persona que más ama, aunque nunca más sea consciente de ello y que Gustavo quedé olvidado.
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