domingo, 8 de mayo de 2022

De José a Josefa

Del cuarto llevaban horas saliendo ruidos sucios y lascivos, con leves gemidos ya que la mayoría de estos eran reprimidos por una pequeña bola de juguete en la boca de la mujer pasiva, o más bien dominada ante la repentina situación.
Ella estaba cansada, con varios orgasmos ya tenidos y de los cuales aún no recuperaba el aliento sin embargo estaba atada y sin opinión aún si tuviera la boca descubierta, así que su pareja se la seguirá follando con lo que se le ocurra y como quiera un par de horas más, tal como le sucedía a ella, invirtiendo por completo los roles con esa ayuda misteriosa de hace poco.
-Yo nunca te obligue a nada en la cama pero tú a mí si, y a pesar de que te pedía muchas veces que pararas, parecía que lo hacías más fuerte, en serio que te excedías, este cuarto es un ejemplo de ello pero no te preocupes, pronto tu cuerpo conocerá todo aquí tal como lo hiciste conmigo, con la diferencia de que tú no lo soportarás-
Sofía daba fuertes nalgadas al culo en alto de su esposo José, quien como ya era costumbre apenas llegar del trabajo quiso tener sexo con su mujer, usándola como quisiera en su cuarto de juegos sin importar que quisiera u opinará ella. Sin embargo ese día algo rescató a la mujer, puesto que una extraña y densa neblina morada apareció de la nada, envolviendo al hombre que ya preparaba unas cuerdas para su mujer, "dejándolo" desnuda y atada en una vergonzosa posición en cuanto la neblina se fue.
Ni él ni ella sabían que ocurría, José de inmediato empezó a gritar para que su mujer le ayudará a levantarse de ahí y que le quitará todo lo que la neblina le puso, sin embargo la mujer vio una oportunidad de oro en esa situación, cargando a su "esposa" hasta la mesa de juegos en el centro, dispuesta a invertir los papeles que desde hace años llevaban soportando ahora que su propio marido de repente se volvió una mujer.
Lo primero fue acariciar su vagina para humedecerla y luego usando un strap-on, Sofía empezaría a cogerse a su indefensa mujer que gemía, gritaba y lloraba con fuerzas por lo que sucedía, o al menos así era hasta que le taparon la boca con esa esfera atada a su rostro, cosa que sucedió hace ya casi 2 horas, dándole hasta ahora un pequeño descanso.
-¿Que tal amor? ¿Te gusta? ¿Lista para cambiar de posición?-
Decía Sofía dando un par de últimas nalgadas a José, soltándole el cabello antes de quitarle lo que cubría su boca.
-Ah...ah....estaahhhs loca...mi culo y cabello duelen... y mi vagina no...no deja de sentirse rara...-
Respondió jadeante el hombre que descubría de forma forzada como es que reaccionaba su cuerpo femenino, aunque sin muchos ánimos de querer continuar.
-Eso es porque lo estas disfrutando pero no te preocupes, aun hay mucho más para que quedes satisfecha-
-Deja de hablarme como mujer, suéltame para que busquemos como volver a mi cuerpo-
-¿Quién dijo que volverías a tu cuerpo, Josefa? ¿O prefieres Johana? ¿Cuál te gusta más?-
Preguntó dándole media vuelta a la mujer atada para volver a meter el dildo en su vagina y empezar a tener sexo otra vez.
-¡Prefiero regresar a mi cuerpo! ¡Ah! ¡Para con esto!-
Su tono de nuevo se volvió un poco más agudo mientras sentía una tras otra de las embestidas que hacían sacudir sus pechos y todo su nuevo ser.
-Pero eso no va pasar, o quien sabe, al menos yo no pienso perder el tiempo buscando una neblina que podría hacerme daño. En su lugar prefiero divertirme con mi nueva chica hasta que ella también se divierta ¿No?-
-¡No! Ah...es una horrible idea, no...n-no me quiero quedar así-
-Pues lo harás y te vas a acostumbrar, no me importa, en este lugar te trataré tal como lo hacías tú conmigo, con la diferencia de que no me detendré hasta que te vuelvas una mujer adicta al placer como tú querías conmigo, es algo que yo no puedo disfrutar pero parece que tu cuerpo si que puede así que mis reglas: no saldrás de aquí un tiempo, yo te daré de comer y bañare, el nombre lo puedes elegir pero a mi tienes que llamarme "señora" y hasta que te vuelvas una adicta al sexo no tienes derecho de salir o usar ropa ni estar desatada, las sesiones de sexo serán de 10 horas diarias y usarás y amarás todos los juguetes que hay aquí pero en especifico a mí como para obedecerme y nunca hacerme nada malo ¿Quedo claro?-
-¡Te dije que te detengas! En cuanto aaahhh me desate vas a pagar muy caro y-
Sus amenazas se vieron detenidas por ponerle de nuevo su bola en la boca, oyendo ruidos ahogados como única respuesta ante cada embestida.
-Supongo que me tendré que esforzar para que entiendas, pero no te preocupes cariño, una vez que aprendas tu lugar tendremos sexo cuando tú quieras y te tratare mejor de lo que tú nunca jamás podrías hacerlo conmigo. Pero por ahora espabila y disfruta, que nos hacen falta 7 horas y media más de sexo por esta noche-
La mujer dominante sonreía feliz por su nuevo papel y situación mientras debajo de ella veía como la mujer pasiva aceptaba cada embestida dentro de ella, al igual que aceptaría cada cosa que le hicieran hasta que se rindiera y disfrutará su castigo, volviéndose Josefa todo lo que José alguna vez quería.

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