martes, 10 de mayo de 2022

Ramona y Jonathan

Ramona había despertado algo tarde, y eso lo imaginaba por lo llena de energías que se sentía; ser madre soltera no era tarea sencilla pero con la muerte de su marido no podía quedarse sin hacer nada, ella aún vivía y su hijo también por lo que debía buscar la forma de salir adelante, teniendo suerte al encontrar un empleo de secretaria a los pocos días. Así ella trabajaba para no descuidar al pequeño Jonathan y él solo debía dedicarse a la escuela y ser un buen niño.
Sin embargo, sentirse llena de energía no era lo único que había pasado, tampoco le dolía la espalda como muchas veces por sus senos, ni sentía su largo cabello, simplemente estaba rara pero no fue hasta que se levantó de la cama que entendió porque. De alguna manera ella estaba en el cuerpo de su hijo de primaria, se puso roja de la vergüenza y entró en pánico por estar ahí sin embargo le puso más atención en ver donde estaba su cuerpo, encontrándolo rápidamente en la sala tras buscar en su hogar.
-¿Ma, eres tú? Bonito día-
Decía la mujer algo ebria mientras jugaba con la consola de videojuegos en la sala, sin dudas ahí estaba el muchacho.
-Jonathan ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estoy en tu cuerpo y tú en el mío?-
-Jajajaja...no tengo idea-
-¿¡Y porque rayos tomaste una cerveza!?-
-Eso si lo sé, tenía ganas de probar a que sabía y me gustó, aunque sólo llevo 3 latas-
-Eran para la comida de mañana...nunca he bebido en mi cuerpo, no me llevo bien con el alcohol-
-Pero yo si jajaja-
-¡Claro que no, por eso estas así! Suficiente, vamos a la cama para que descanses y quien sabe con algo de suerte volver a la normalidad-
El menor le quito el mando a la mayor, quien por su estado no pudo poner mucha resistencia. Sin embargo, si pudo dar algunos problemas al empezar a desnudarse justo ahí.
-¿¡Hijo, que estas haciendo!?-
Preguntaba con la cara enrojecida Ramona, soltando el mando e intentando que la mujer no se quitara la blusa ahí mismo, sintiendo un extraño hormigueo entre las piernas al mismo tiempo.
-Me dijiste que fuera a la cama y ahí no puedo usar ropa ¿No? Seria incómodo, como esa cosa que tenían tus pechos-
-¿Esa cosa?-
-Si, esa cosa negra con flores que los cubrían-
-¿Mi sostén? ¿Hablas de mi sostén? ¿Qué le hiciste?-
-Solo me lo quité, aunque creo que lo rompí-
-¿Entonces mis pechos están...-
-Si ¿Quieres ver?-
La mujer empezaba a bajar con más ánimos su blusa, demostrando que no tenía un brasier en ellos pero Ramona no quería que su cuerpo andará semi desnudo fuera de su recamara.
-Vale, vale, te creo, tú puedes andar así pero solo en mi habitación. Vamos a que duermas un rato para despertar de esta pesadilla, con algo de suerte así será y yo tendré que vivir la resaca sin siquiera haber probado una cerveza-
Con las risas del menor en el cuerpo de su madre fue llevado ha dormir, la mujer agradecía que le obedeciera, sería mucho peor si no lo hiciera, aunque también algo que podía ser muchísimo peor era no regresar a sus cuerpos tras la siesta, todo estaría arruinado. Ella sería un niño que debe ir a la escuela primaria y su hijo tendría que irse a trabajar, cuidarlos, hacer comida, el gasto del dinero, cuidarse a sí mismas y sus nuevas necesidades, Dios, era demasiado lo que hacía y el pequeño no podría hacerlo con su corta edad. 
Quedarse intercambiados sería lo peor así que solo quedaba desear que al dormir y volver a despertar volvieran a la normalidad, de lo contrario no sabría que hacer.

4 comentarios:

  1. me encanta porfavor has mas cambios entre madre e hija

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    1. Lo tengo en mente, hace tiempo no usó el tema y tengo un par de ideas así que intentaré traerlas próximamente.

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  2. Respuestas
    1. Muchas gracias por comentar, Metroid. Me da gusto que aún si la historia la publique hace algo de tiempo, haya alguien que la lea.
      -Nero.

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