lunes, 5 de mayo de 2025

¡Mamá no deja de molestar!: La presidenta escolar

-¡Presi! ¡Casi mata a Maya del susto!-
    Y no solo a Maya, también a mi me asustó bastante. Puede que haya sido error nuestro de estar tan concentrados en la lectura de cartas que no escuchamos el momento en que ella se acercó, pero eso no quita importancia al hecho de que la presidenta escolar llegó como un fantasma a regañarnos por lo que estábamos haciendo en el salón del club. Por un momento hasta me sentí culpable, olvidando que al final del día, leer las cartas sería una actividad diaria en este club.
-Si no gustas llamarme por mi nombre, al menos dime presidenta como es debido, señorita Maya-
-Sipi, presidenta. Maya lo siente mucho-
    Mi amiga se disculpó y agachó la cabeza mientras la presidenta del consejo estudiantil se abría paso entre todas las cajas de cosas que tenemos que sacar y las cosas con las que aún tenemos que decorar el aula.
-Además, siguen sin responder mi pregunta, ¿Qué estaban haciendo que era más importante que limpiar el salón?-
-Bueno, presi-
-Presidenta-
-Presidenta... solo nos tomábamos un descanso, Maya seguirá limpiando un rato más, Maya le promete que todo estará en orden lo antes posible-
    La presidenta recorrió el aula con su mirada y pasó sus dedos de forma discreta por varias de las cajas de cartón, notando como sus dedos quedaban con algo de polvo que limpió con su pañuelo.
-Espero que así sea, Maya. Te recuerdo que estoy haciendo una excepción contigo y tu club. Lo primero que debes hacer es poner en orden este lugar, después podrás concentrarte en reunir miembros para tu club. Seré lo más flexible que pueda para no presionarte con el papeleo y las fechas, pero tú también debes cumplir con nuestro acuerdo-
    La presidenta se cruzó de brazos, recordando a Maya algo que parecía ya habían hablado ellas con respecto al club y que dicho sea de paso, yo ni siquiera estaba enterado.
-Por esos motivos, estaré viniendo los próximos días a supervisar y ayudar en la limpieza. Todas las cajas que no sean suyas, pueden dejarlas afuera junto a la puerta, en cuanto tenga tiempo las moveré a otro salón-
-¡Muchas gracias, presidenta! Maya agradece mucho todo lo que usted esta haciendo por ayudar-
    Entonces ella es nuestra presidenta escolar.
    A decir verdad los rumores que había escuchado sobre ella se alejan bastante de la realidad, o mejor dicho, no eran exactamente como yo pensaba.
    Se supone que la presidenta escolar es alguien implacable, alguien de temer y con quien nunca te quieres cruzar para evitar problemas, las chicas malas suelen evitarla a como de lugar y es peor aún con los matones que tiemblan y maldicen de solo oír su nombre.
    No solo tiene una disciplina asombrosa, su historial es intachable, es de las mejores alumnas de la escuela, y aunque nunca es su elección, tampoco es buena idea usar la violencia contra ella, ya que es una experta en judo y tiro con arco. Recuerdo un rumor donde una chica de último año intentó chantajear a la presidenta cuando ella era una alumna de nuevo ingreso, y cuando no lo consiguió intentó convencer a golpes a la presidenta. Por desgracia para la de último año, la presidenta recién elegida en su cargo, la derribó en un segundo y la sometió con una llave de artes marciales hasta el punto que la matona prometió ponerse a estudiar y no meterse en más problemas a cambio de que la dejará ir, cosa que la presidenta aceptó y no dejó tranquila a la matona hasta el día de su graduación para que cumpliera con su promesa.
    Al pensar en toda esa reputación que la precede, no pude evitar sentir un poco de lástima e imaginar que hubiera pasado si conocía a la presidenta antes, y si ella hubiera sido capaz de lidiar con mi bully, o por lo menos ayudarme. Para mi mala suerte, el semestre anterior cuando ingrese a la escuela, ella estaba de intercambio escolar, y ahora que ella está de vuelta, el bully ha dejado la escuela... aunque no ha dejado mi vida tranquila precisamente.
-¿Qué hay de ti? ¿Cómo te llamas? ¿No piensas ayudar con la limpieza? Si estas aquí, me gustaría pensar que eres un miembro del club o cuando menos alguien interesado en unirse al mismo-
    Oír que la presidenta me hablaba me devolvió a la realidad, yo me había perdido tanto en mis pensamientos que de nueva cuenta no me percaté de cuando ella se acercó a mi y con su fría y distante voz me preguntaba mi nombre y mis motivos para estar aquí.
-¡Él es mi compañero, presidenta! También forma parte del club, es el vice presidente de Maya-
-¿Vice presidente?-
-¡Sipi! Él es el segundo al mando en el club- 
    Aunque la respuesta de Maya fue amable y rápida, la mirada de la presidenta seguía sobre de mi.
-¿Es eso cierto, compañero? No quiero que Maya responda por ti está ocasión-
-S-sí, presidenta. Maya le dice la verdad, estoy interesado en el club y soy o seré el vice presidente del club... No estoy seguro de como va el trámite entre Maya y usted para hacer oficial mi ingreso al club, pero he estado ayudando con la limpieza también-
     Después de mi respuesta, pude percatarme de como la mirada distante y desinteresada de la presidenta se convertía en algo más. A decir verdad creo que solo me pude dar cuenta por la cercanía física entre los dos, porque por un instante pude percatarme de como su mirada se centraba en mi, con una repentina determinación, por un momento me sentí marcado como un objetivo o como si hubiera roto alguna regla que me valiera algún castigo. Y de la misma manera en que esa mirada cambio, la presidenta desvió la vista y volvió a dedicarme su mirada fría y ajena a los problemas que he visto desde que entró a la habitación.
-Entonces, tú eres su verdugo-
    Al escuchar esas palabras, ahora era yo quien no podía ocultar una reacción de sorpresa, y sobretodo confusión, puesto que de entre todas las cosas que podía pensar, no estaba en mi cabeza que la presidenta escolar fuera a llamarme de esa manera.
-¿Disculpe, presidenta?-
    La presidenta desvió la mirada, negó con la cabeza y después retomó la conversación sin quitarme la mirada de encima.
-Solo para confirmar, ¿No eres tú el estudiante víctima de un matón que fue expulsado este semestre?-
    Parecía que a la presidenta no le gustaba perder tiempo, y en apenas unas semanas de regresar a la escuela, ya se estaba poniendo al corriente de la situación. No solo por ayudar a Maya, una de las varias estudiantes nuevas, también al estar enterada de los problemas que tuve con mi bully personal hasta hace poco.
-Así es, presidenta. Yo era la víctima de él-
    Para ser sincero, hoy día sigo siendo la víctima de ese terrible matón, pero las circunstancias son tan raras que mejor omitir ese detalle, respondiendo solo lo necesario a la presidenta y contándole que fui víctima de bullying durante todo mi primer semestre en la escuela.
    Tan pronto como de mi salieron esas palabras, la respuesta de la presidenta fue inmediata, agachando la cabeza para hacer una reverencia ante mi y dar unas palabras.
-Joven Liare, te extiendo mi más sinceras disculpa, compañero. Lamento mucho que la escuela te haya fallado en un momento de necesidad. Se supone que los maestros, director e incluso yo, debemos salvaguardar la integridad física y mental de los estudiantes, y hemos fallado en esa tarea al no poder protegerte de ese chico problema-
    Sin darme tiempo de procesar su disculpa, la presidenta terminó con su reverencia y siguió hablando algo tan ordenado y detallado, que hasta me hacía pensar que su disculpa la había ensayado.
-El hubiera no existe, pero si nosotros hubiéramos hecho bien nuestro trabajo, tú no tendrías que haber pasado por tantas humillaciones en tu vida escolar. Nuestro trabajo fue tan mediocre, que un joven patético y humillado en la escuela tuvo que humillarse aún más al hacer que su madre resolviera su problema por él-
    ¿Perdón? ¿La presidenta escolar en verdad dijo eso? ¿Ella considera humillante y patético lo que hice? Quiero decir, ni yo mismo me siento tan orgulloso de lo que hice al involucrar a mamá en mis problemas, pero que la presidenta escolar reconociera ese acto como humillante me hace sentir un poco mal incluso si ella se está disculpando por todo lo sucedido. A pesar de ser una disculpa, me siento bastante ofendido por la forma en que ella se disculpó.
-N-no se preocupe, presidenta... N-no fue tan malo...-
-Yo diría que sí, he regañado a más de un estudiante que se burlan de ti por lo acontecido-
    No estoy seguro de si quiere ser cruel a propósito o si ella es tan franca que dice todo sin ningún filtro, incluso si lastima a otros, pero mi intento de restarle importancia al asunto solo me hizo enterarme de que sigo teniendo una mala reputación por el tiempo en que fui víctima de ese matón con quien ahora vivo.
-D-de cualquier modo, usted no tiene que disculparse, usted-
-Por supuesto que tengo que disculparme. Yo soy la presidenta escolar, también debo cuidar de mis compañeros estudiantes. Naturalmente, eso te incluye a ti-
-Gracias, pero usted estaba de intercambio, presidenta. Y a los profesores no parecía importarles, evitaban a toda costa la situación. No había manera-
-Debe de haberla, siempre hay una manera-
    Interrumpió la presidenta.
-Yo soy la presidenta escolar, tengo que cuidar de los alumnos. Y si los docente no están dispuestos a asumir esa responsabilidad, yo lo haré.  Acepte este cargo para intentar hacer de la escuela un lugar mejor, no obstante, todavía tengo mucho trabajo que hacer y al haberme ausentado he fallado a mi deber-
    La presidenta me dejó sin palabras, hasta para mi era claro que ella se sentía algo responsable de lo que me pasó. No solo de lo que me pasó a mi, parece una chica muy dedicada a su labor, y a pesar de los rumores que la rodean, creo que es una buena persona con una fuerte determinación que utiliza para ayudar a quienes lo necesitan. Seguro que ella me hubiera ayudado cuando lo necesitaba. No obstante, tal como ella dice, el hubiera no existe.
-Odio decir que baje la guardia con ese chico. Cuando tomé el cargo de presidenta escolar, trabaje arduamente para reducir el acoso y problemas escolares, bastó con derribar a algunos de los mayores buscapleitos y principales problemas para que las cosas mejorarán en la escuela. Sin embargo, el alumno que te molestaba a ti era bastante escurridizo, apenas y nos cruzamos en un año. Por esa razón, asumí que mejoraría su conducta o que al menos no se metería en más problemas como el resto de estudiantes. Sobra decir que me equivoque, y en cuanto él tuvo la oportunidad gracias a mi ausencia, volvió a sus malos hábitos-
    Ya veo, la presidenta parece bastante ocupada con todo lo que intenta resolver, y entre todos esos problemas con los que trabaja, no pasó desapercibido el peor bully de la escuela, quien supongo supo ser un poco inteligente, ya que se libró de la presidenta escolar durante mucho tiempo.
-Lamento haber hablado tanto, joven compañero. Solo no podía fingir que no hubo un problema con usted, y aunque no pude resolverlo. Lo menos que puedo hacer es disculparme con usted como es debido, y prometer que le debo un favor-
-¿Un favor?-
-Así es, eso es lo menos que puedo hacer por usted. Considérelo una compensación por no estar presente cuando lo necesitaba. No romperé las reglas de la escuela, sin embargo, si necesita ayuda con algo, puede hablar conmigo y me encargaré personalmente de resolverlo-
    Que raro, su mirada seguía siendo fría y distante, por sus ojos negros se veía sombría o que mirabas al vacío. Sin embargo, esos ojos negros y esa voz estaban llenos de determinación, supongo que era su fuerte sentido del debe, una pequeña manera en la que la presidenta trataba de hacer justicia, o lo que ella consideraba justo. Es extraña, muy extraña, la presidenta también es muy peculiar a su manera, pero me alegra que todos esos rumores que había escuchado sobre ella solo sean la primera impresión que deja, puesto que con intercambiar palabras un rato con la presidenta, siento que tengo frente a mi a una persona muy tranquila y capaz, dispuesta a ayudar a quien lo necesite de la forma que ella mejo crea. Parece una heroína, o quizás una antiheroína, con sus propias reglas, justicia y sentido del deber que cumplirá cada que pueda y a su manera.
-¿Dije algo malo? ¿Qué le hace tanta gracia, compañero?-
    Tuve que negar con la cabeza y disculparme, pues las ideas de tener a alguien raro y genial frente a mi me hicieron sonreír, pero que estoy seguro de que si digo lo que pienso de la presidenta me meteré en problemas.
-No, no es nada, presidenta. Solo una pregunta, ¿Puedo usar mi favor ahora?-
    La presidenta se cruzó de brazos al asentir.
-¿Efecto inmediato? Yo no tengo problema, ¿En que le puedo ayudar?-
    Una pequeña sonrisa llena de satisfacción apareció en mi rostro al cobrar mi favor de una manera sencilla, pensando que así podría hacer sentir mejor a la presidenta y de paso conocer algo muy importante de ella.
-Parece que usted ya conoce mi nombre, así que me preguntaba ¿Puede decirme su nombre?-
    Creo que hasta el momento en que lo dije, la presidenta olvidó presentarse, ¿O acaso está tan acostumbrada a llamarse presidenta que lo pasó por alto? Sea como sea, esa era mi petición, un inocente favor que quizás me ayudaría a quedar bien delante de ella.
-¿Seguro que quieres eso como favor?-
-Sí, seguro-
    La presidenta suspiró, y lo que hasta ese momento me parecía una idea genial, ahora me hacía sentir algo tanto, y que quizás fui muy arrogante delante de ella. Intenté averiguar un poco más sobre que pensaba, pero más allá de su suspiró, su expresión ajena a los problemas apenas cambiaba.
-Esta bien, con esto quedamos a mano, joven estudiante. Yo soy Emma J. Wright, presidenta del consejo estudiantil, estudiante de segundo año y miembro del club de tiro con arco y del club de judo. Siempre que necesites ayuda, puedes acudir a mi. Y si ves que alguien rompe las reglas de la escuela, estaré agradecida de que me lo hagas saber-
    Entonces ese es el nombre de nuestra presidenta, misma que me extiende la mano en un saludo formal que torpemente correspondí intentando que ella no notará el temblor en mi mano.
-Disculpa mis malos modales al no presentarme antes. No todos me llaman por mi nombre, por lo regular prefieren llamarme presidenta o sus derivados. Puedes llamarme presidenta o Emma si te parece bien-
-Lo tendré en mente, presidenta Emma. Usted puede-
-Tampoco hace falta que seas tan formal conmigo, solo soy un año mayor. Si lo deseas, podremos hablar en otro momento, por ahora aún tengo asuntos que atender-
    Antes de que yo pudiera decirle a la presidenta como podía llamarme, ella cortó la conversación, revisando la hora en su reloj de bolsillo y dando vuelta para irse por donde llegó.
-Como dije, más tarde vendré por las cajas que no son de su club, ustedes dos dejen de jugar y concéntrense en limpiar-
    Al unísono, Maya y yo le dimos la razón a la presidenta que disculpándose por su salida, se despidió de nosotros dos, y con ello, la presión en el aire se disipó.
    No era como esperaba pero me daba gusto conocer por fin a la presidenta escolar, sintiéndome agradecido por el apoyo que mostró hacía mis problemas de acoso, al igual que la ayuda que dio a Maya para empezar su club... ¡Lo olvidé por completo! No le agradecí como es debido por ayudar a Maya, así que la próxima vez que encuentre a la presidenta, sí o sí, le daré las gracias por cuidar de mi primer amiga en la escuela.
-Disculpa, compañero. ¿Maya puede hacer una pregunta?-
    Mi querida amiga que había estado en silencio como pocas veces, una vez que la presidenta se alejó, volvió a hablar conmigo. Pensé que seguiríamos con lo del tarot, y aunque sí tenía que ver el tema, no era como lo imaginaba.
-¿Es sobre tu predicción?-
-No del todo, más bien Maya quería preguntar ¿Crees que usar tu favor con esa pregunta fue lo mejor?-
    Ante la pregunta de Maya no pude evitar darle una pequeña sonrisa y asentir con confianza.
-Por supuesto, Maya. Creo que hice lo correcto. La presidenta parecía culpable por no haberme ayudado antes, así que pensé que usar ese favor en algo sencillo la haría sentir mejor-
    Mi amiga escuchó con atención mi resolución, cerró los ojos un momento y preguntó algo más, tratando de ocultar una expresión que no podía llamar de otra forma más que un puchero algo infantil.
-Maya lamenta ser tan directa, compañero. Pero en definitiva te mereces la carta del colgado-
    La fuerte declaración de mi amiga desmoronó mi confianza, haciéndome sentir peor con su explicación.
-Maya tiene que darte la razón, compañero. Usar tu favor con la presidenta la hizo sentir mejor, Maya puede verlo. Por otra parte, Maya pregunta ¿No crees que pudiste usar ese favor de la presidenta para resolver tu problema?-
    Supongo que Maya entendió de inmediato que no seguía por completo sus pensamientos, algo que solo la hizo suspirar.
-Maya promete que no está molesta con su compañero, pero ¿Estabas poniendo atención a lo que hablamos? El colgado habla de la auto destrucción, tomar malas decisiones también es una forma de auto destrucción, compañero. Además, Maya te habló del proceso, ¡Proceso! Y que saltarse el proceso hace que te pierdas en el camino... Maya piensa que acabas de desperdiciar una gran oportunidad de mejorar porque los detalles son importantes, y dejaste ir como si nada un detalle enorme-
    A pesar de que se notaba la preocupación por mi y que Maya quería ayudarme, no pude evitar sentirme como un niño sermoneado por actuar antes de pensar, y creo que ahora que Maya lo menciona justo eso fue lo que hice con la presidenta.
-Por poner un ejemplo, ¿No crees que pudiste preguntar a Maya el nombre de la presidenta? También pudiste preguntarlo sin poner tu favor de por medio. Hiciste un sacrificio en lugar de un esfuerzo, compañero, y esa clase de decisiones harán que llegues al lado más negativo de la predicción de Maya-
    Dicho de esa manera, me sentía como un idiota, puesto que algo muy importante lo había gastado sin dudarlo. Ahora que lo pienso, hasta la presidenta parecía algo sorprendida de mi rápida decisión, por eso su cara de decepción, y que leal a su palabra, respeto mi elección aún sabiendo que yo perdía más de lo que ganaba.
-Se más astuto, compañero. Los grandes problemas requieren grandes soluciones, Maya espera que este error te quede de lección-
    Supongo que yo no lo llamaría error, o no del todo. Quiero decir, hasta hace un momento yo estaba muy contento con mi decisión, en definitiva creía que hacía lo correcto, pero con solo unas pocas palabras de Maya mi confianza se había desbaratado y podía darme cuenta de lo tonto que había sido con mi decisión.
-Una vez más, Maya lamenta ser tan directa contigo, compañero. Maya en verdad desea ayudar, y para ayudar, Maya debe decir toda la verdad. Maya no podía dejar pasar esa decisión tuya, compañero. Para Maya, eso fue un error, pero si para ti es algo diferente, el futuro se pondrá de tu lado-
    Después del sermón, pensé que sería todo y que ya podría irme a casa. Sin embargo, Maya todavía no había terminado.
-Maya sabe que ya te tienes que ir, así que Maya dirá una última cosa rápida como prometió. Maya te recuerda que la lectura de cartas es una vista a tu futuro, no a tu destino. Eso significa que es tu decisión, tú tienes la última palabra, y a pesar de que Maya puede ver el futuro, tú serás el encargado de decidir cual será tu futuro, si uno lleno de desesperación o un futuro lleno de esperanza. Las cartas no se equivocan, compañero, pero las cartas no tienen la última palabra, esa la tienes tú, y Maya estará contenta de ayudarte con tu futuro tanto como pueda-
    Entonces eso era lo último que Maya quería añadir a su predicción, nada está escrito todavía, y dependerá de mis decisiones la clase de futuro que me aguarde en la vida, o para ser más preciso, en mi problema para recuperar a mamá. Supongo que eso son buenas noticias, si me esfuerzo de verdad puedo recuperar a mamá y tener un futuro esperanzador, pero si sigo tomando malas decisiones como acabo de hacer ahora, no me sorprendería tener un futuro pésimo y sin esperanza donde nunca pueda recuperar a mamá y me quede atrapado con mu bully para siempre. Ambas cosas puedan pasar, de mi dependerá cual prevalecerá.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario