jueves, 27 de marzo de 2025

Las vacaciones de Katie y María

-¡Katie! Sí viniste. Me sorprende un poco que lo hicieras, y aun más me sorprende que uses ese bikini, ¡Luces preciosa! Aunque supongo que no es lo que te gustaría...-
    Decía María, una amiga de la infancia de Kevin, a quien temporalmente transformó en una hermosa chica rubia para salir juntas de vacaciones.
    Kevin estaba de acuerdo en ir de vacaciones con su querida amiga, pero nunca consistió ser transformado en una chica para ello, por lo que completamente furioso cuando se vio convertido en mujer, el chico se fue en su temporal cuerpo femenino lejos de su amiga. 
    María intentó buscar y contactar a su amigo para disculparse, después de todo ella no lo hacía con mala intención, pensó que sería una broma divertida, una experiencia distinta, y no fue hasta ver la reacción de Kevin donde ella se dio cuenta de que en verdad lo había hecho enojar, siendo la gota que colmó el vaso cuando María sugirió llamar a su amigo Katie durante las vacaciones y mientras el mismo se veía como una mujer.
    Ante los comentarios y la enorme travesura que hizo María, Katie estaba furiosa, por lo que todo el primer día de sus vacaciones las pasó por su cuenta, en completa soledad, haciendo lo posible para evitar cruzarse con su amiga.
    No obstante, algo extraño había pasado para la mañana siguiente, cuando María pudo encontrar a su amigo feminizado cerca de la playa, y para sorpresa de la chica de cabello castaño, Katie estaba usando un hermoso bikini ajustado y colorido, con lentes de sol y algunos otros accesorios en muñecas y sus orejas, además su larga cabellera rubia estaba peinada para no ser un problema a la hora de nadar. 
    No solo se veía impresionante, también su actitud era un mundo completamente diferente a lo que se había visto el día anterior, puesto que al ver a Katie se notaba mucha confianza en si misma, seguridad, orgullo y un carisma entrañable que la convirtieron en el centro de atención en el lugar, dispersando un momento a los chicos y chicas cerca de ella cuando María apareció buscando disculparse y hablar con su amiga de una manera más discreta.
-¿Por qué te sorprende? Veníamos a la playa para divertirnos juntas, y ya que soy una hermosa chica, creo que debería usar algo apropiado, ¿Te gusta? Es lindo, ¿No?-
    Preguntó la carismática chica rubia posando un poco y sonriendo, sorprendiendo una vez más a María que no podía creer que su amigo actuaba tal como una chica. A pesar de haberse negado fuertemente a ser mujer el día anterior, hoy lo encontraba usando un bikini y siendo el centro de atención, algo que sin duda era raro para María quien sentía que se había perdido de algo y por ende no lograba entender del todo la situación.
-Sí... sí, tu bikini es bastante lindo, pero Kevin, quería disculparme por todo; no debí transformarte en chica ni obligarte a estar de esa forma, fui una pésima amiga y yo-
-No digas más, María. No hace falta que te disculpes, creo que yo también exagere un poco al reaccionar así y ni siquiera di oportunidad de saber que se sentía ser una mujer-
    Fueron las palabras con las que Katie interrumpió a su mejor amiga, misma a la que le explicaba un poco más de como se sentía.
-Ayer cuándo me fui por mi cuenta pude pensar más en esto de ser una mujer, y ahora solo me queda darte las gracias. No hay rencores amiga, sé que lo hiciste con buena intención, así que yo también te ofrezco una disculpa y espero disfrutar del resto de nuestras vacaciones contigo-
    María estaba sin palabras ante una sonriente Katie que había cambiado por completo su opinión de ayer por la de hoy, tenía curiosidad de saber que fue lo que ocurrió para cambiar totalmente su perspectiva, pero no pudo preguntar, ya que Katie la tomó de la mano para caminar con rumbo a la playa.
-No te quedes ahí, María. Los sitios buenos se van a terminar y yo quiero broncearme un poco, nunca lo he hecho y a ti te gusta, supongo que puede ser divertido intentarlo juntas, ¿No lo crees?-
-¿Espera? ¿Sufres un golpe de calor o efecto adverso por la transformación? Nunca pensé que quisieras hacer algo como broncearte, Kevin-
    Intento protestar una vez más la joven de cabello castaño, a lo que su femenina y rubia amiga respondió.
-Por favor, llamame Katie mientras me veo de esta forma, tú misma me pusiste el nombre al transformarme y será mejor utilizarlo. Ya hablaremos más detalles de eso cuando estemos en la playa, más te vale haber traído un poco de bronceador para las dos-
-Vale...creo tener más que suficiente para ambas, Katie-
-Asi me gusta, entonces andando que todavía tenemos un par de días por delante en nuestras vacaciones-
Créditos a quien correspondan.

martes, 25 de marzo de 2025

Como si fuera su esposa

    Entonces será de esta forma, por lo que queda del día tengo que actuar como si fuera su esposa para no meternos en problemas, después de todo, nos tacharan de locos o algo por el estilo si decimos la verdad.
    Mi mejor amiga y yo nos conocemos de toda la vida, fuimos vecinos desde pequeños, crecimos juntos y aun cuando cada uno se casó y formó su vida con su respectiva pareja, ambos mantuvimos el contacto. Era tal nuestra amistad que más de una vez se pensó que teníamos una aventura, cosa que nunca ha sido verdad porque cuando de amor se trata ella y yo sin duda nos amamos, pero no podemos decir de una manera romántica y ya ni hablar de tener una genuina aventura amorosa. Más bien, mi mejor amiga y yo lo que intentamos tener al menos una vez por mes, es alguna buena historia o alguna idea loca que queramos probar juntos, esas son nuestras aventuras.
    Para está ocasión, escuchamos sobre unas raras pastillas que intercambian el cuerpo de las personas que las consumen por algunas horas, y tras planearlo algunos días, decidimos intentarlo en su casa para tener una nueva perspectiva sobre nosotros mismos y nuestra amistad de muchos años.
    Las pastillas funcionaron de maravilla, veía mi propio cuerpo junto a mi, sentía la altura que me daban los tacones junto a lo pegado que se volvía el vestido en mi cuerpo, era un poco raro pero estaba siendo divertido, dándonos instrucciones mutuas sobre cómo ayudarnos en los cuerpos ajenos para actuar como lo haría el verdadero dueño del cuerpo, y por supuesto, conocer un poco más de como se siente tener un cuerpo del sexo opuesto.
    Estábamos por pensar que es lo siguiente que podíamos hacer o donde podríamos salir a divertirnos cuando la puerta se abrió y el esposo de mi amiga llegó a su casa, nos sorprendió bastante pues solía llegar más tarde, pero justo hoy decidió salí temprano del trabajo para sorprender a su mujer.
    Eso complicó las cosas tanto para ella como para mi, pues aún si se quedaba mi "mejor amigo" un rato más en casa, tendría que irse en algún momento y me dejaría a solas con su esposo. Con eso en mente, vimos una película y matamos todo el tiempo que pudimos, pero cada uno seguía en el cuerpo del otro, suplicando en silencio por volver a la normalidad antes de que el esposo de mi amiga se diera cuenta de nuestro intercambio.
    Por desgracia seguimos conversando, pasando el rato, cenamos, y finalmente "mi mejor amigo" tuvo que decir adiós para ir a casa a ver a "su propia esposa", dejándome a mi solo y atrapado en su cuerpo femenino para pasar el rato "con mi marido".
    Tenía muchas emociones encontradas para ese momento. Por el lado amable, mi amiga y yo nos conocemos tan bien y tuvimos unos últimos consejos que no tengo dudas de que ella podría actuar justo como yo lo hago para que mi esposa no sospeche del intercambio, de igual manera yo me siento lista para estar en sus tacones y que el marido de ella no descubra quien soy yo realmente. Sin embargo, poder fingir ser mujer, o ser mi mejor amiga, no sería tan cómodo, mucho menos estando a solas con su pareja, y apuesto a que mi amiga se siente de la misma manera al dejarla atrapada dentro de mi cuerpo y con la compañía de mi esposa.
    De solo pensarlo la cabeza me da vueltas, ahora sí nos metimos en un serio problema para el cual no encuentro una buena solución; si nuestras parejas descubren que mi amiga y yo cambiamos de cuerpos nos dejarán de inmediato, o quizás piensen que estamos locos, o una vez más la idea de la aventura sentimental estará sobre la mesa; entre más lo pienso, peores escenarios vienen a mi cabeza, donde la única "solución" posible que encuentro es fingir que soy ella y que ella finja ser yo hasta que cada uno vuelva a su respectivo cuerpo sin que nuestras parejas se den cuenta.
    Todavía faltan algunas horas para que volvamos a la normalidad, y tal como estoy haciendo, debo seguir dando lo mejor de mi para tomar el puesto de mi amiga con su marido, y aunque estoy evitando algunos escenarios, dadas las horas es cuestión de tiempo para que "mi esposo" me pida unirme a la cama con él, y eso si de verdad quiere dormir, en serio que solo sea para dormir. Hace poco pensé en bañarme para quemar tiempo pero él intento unirse, por lo que tuve que usar una mala excusa para evitarlo, algo que por su expresión no lo dejó muy contento, supongo que la idea de llegar a casa temprano para estar con tu esposa y que esta te rechace no es bonita, ¿Cierto? Sin embargo, lo tengo que hacer porque yo no soy su esposa, solo tomé prestado su cuerpo por algunas horas y ese es un secreto que mi amiga y yo nos llevaremos a la tumba.
    Se me acaban las excusas, pero si resisto un poco más actuando como lo haría mi amiga, será cuestión de tiempo para volver a la normalidad... pero si las cosas no funcionan, y no logró volver a la normalidad a tiempo, temo que no tendré de otra más que asumir por completo el papel de esposa para no arruinar la vida de mi amiga... así que si no regreso a mi cuerpo a tiempo, no tendré más remedio que ser toda una buena esposa para mi marido con tal de salvar a mi amiga y nuestro valioso secreto.
Créditos a quien correspondan.

lunes, 24 de marzo de 2025

¡Mamá no deja de molestar!: El acuerdo

    La cena estuvo bien, fue tranquila, supongo. Mamá no habló conmigo, pero tampoco me insulto o busco más problemas al compartir la mesa, dejando solo un silencio incomodo entre ella y yo, estoy seguro de que podía cortar la tensión con un cuchillo, pero ya había tentado mucho a mi suerte el día de hoy, así que mejor no hacer alguna tontería que pudiera arruinar mis planes.
    Después de la cena donde mamá ni siquiera me agradeció, le pedí permiso para ir a preparar la bañera de su habitación. No me importó dejar mi cena a la mitad, solo le pregunte si podía entrar a su habitación para prepararle la bañera mientras yo terminaba de cenar y limpiaba tanto la cocina como el comedor a la vez que ella hacía lo que quisiera, una oferta que no rechazó. De hecho, me hizo sentir como si fuera lo mínimo que pudiera hacer por ella.
    Ahora que lo pienso, mi cena apenas tuvo sabor. Quiero decir, no soy mal cocinero, al menos no como para tener problemas con mi matón. Sin embargo, por todos los nervios que tenía sobre nuestro acuerdo apenas pude saborear la cena, comiendo por obligación más que por gusto o elección. Si la ansiedad tuviera un sabor, estoy seguro de que a eso sabía mi cena, ni siquiera la primera vez fue tan difícil compartir la mesa con mamá, pero a pesar de no disfrutar ni de la comida ni mucho menos de la compañía, supongo que comer algo me mantenía un poco distraído, como si se tratará de un momento de paz antes inevitable de la batalla.
    Cuando terminé mi cena, fui a revisar la bañera, por fortuna todavía había jabón por lo que solo tuve que seguir las instrucciones, añadir algunos aceites y dejar que la bañera se llenará con agua caliente para dar como resultado un montón de burbujas que cubrían toda la superficie de la bañera junto con un aroma agradable en cuanto se entrará al baño.
    Con la bañera lista, le dije a mamá que ya podía darse un buen baño, algo que sin agradecer aceptó y se metió a la bañera. Para ese momento yo seguía sin poder tener un descanso, puesto que tuve que volver a la cocina para limpiar los platos, cubiertos y hasta la mesa, y posteriormente volver a la habitación de mamá para volverla un pequeño spa para ella.
-Ni siquiera hice esto por mi verdadera madre... cuando la traiga de vuelta, intentaré ser un mejor hijo para ella-
    Susurré esas palabras mientras la nostalgia me invadía, sé que solo han pasado unos días desde que mi bullly robó el cuerpo de mamá, pero han sido unos pocos días tan intensos que se sienten como largas semanas en las que no he podido encontrar la forma de recuperar a mi madre. Me gusta creer que soy capaz de recuperar a mamá y la prometedora vida estudiantil que me esperaba sin mi bully de por medio. Sin embargo, han sucedido tantas, tantas cosas, que no he podido hacer nada para ayudar a mamá; no he podido hablar del tema con mi bully, no he encontrado alguna pista en casa; quizás en la escuela pueda averiguar algo, pero para eso necesito investigar un poco más; de alguna forma lo voy a lograr.
-Las cosas van a mejorar, de alguna forma van a mejorar-
    Intentaba convencerme de esa idea para sentirme mejor, o al menos sentirme un poco menos ansioso de lo que ya estoy.
    Puse sábanas limpias en la cama de mamá, encendí una enorme vela aromática que tiene en un rincón de su habitación, también utilice mi celular para poner el primer vídeo de música relajante que encontré, y solo me quedo esperar a que mamá saliera de su baño de burbujas para comenzar con la verdadera parte complicada de nuestra apuesta.
-Supongo que llevabas algo de razón, ese baño se sintió muy bien, aunque ahora huelo como a putas rosas o algo así-
    Un enorme suspiro lleno de alivió se escuchó mientras el vapor caliente del baño se extendía hacía la habitación de mamá, ella había salido de su baño de burbujas un poco antes de lo que imaginé, pero su cuarto estaba bien decorado para crear un ambiente sencillo y tranquilo como el de un spa, supongo.
    Lo primero que hice al ver la puerta abrirse fue ponerme de pie a los pies de la cama, esperando a que mamá diera el visto bueno de la decoración. Sin embargo, cuando el vapor comenzó a disiparse y yo pude ver a mamá, de inmediato me di media vuelta y me cubrí la cara, puesto que de todas las cosas que podía esperar, no pensé que tendría una imagen tan descarada justo frente a mi.
-La próxima vez no le pongas ese perfume de nena a la bañera, no quiero oler como una nena-
    A pesar de la tranquilidad en sus palabras, yo no podía estar nada tranquilo, algo que ella notó de forma instantánea, aprovechando la oportunidad para burlarse de mi tal como siempre hacía en la escuela por las cosas más pequeñas.
-¿Qué paso, perdedor? ¿Tanto te avergüenza de ver a una mujer? Sabía que eras patético, pero no me imaginé que lo fueras tanto-
    Sus burlas me hundían un poco, por desgracia para mi la vergüenza era más como para siquiera mirarla o responder.
-Perdón.... yo... yo no esperaba verte de esta forma-
    Apenas y logré tartamudear, a lo que sin darme tiempo mi molesto bully respondió.
-¿Y cómo demonios esperabas darme un masaje, idiota? Hay que tocar y masajear los músculos, y para hacer eso, la ropa sobra- 
    Lo que decía tenía sentido, de hecho era lo que debía de hacer.... pero aunque fuera la forma correcta de hacerlo, tener a mamá frente a mi de esta forma lo volvía mucho más difícil de lo que pensaba.
-¿Y que estas esperando? Tú mismo pediste este acuerdo, tú fuiste quien lanzó la oferta, ¿Y con solo mirarme ya te diste por vencido? Por mi no hay problema, solo recuerda que incluso conmigo convertido en una mujer, tú eres quien siempre estará a mis pies-
    Cuando la puerta del baño se abrió y todo el vapor desapareció, mamá salió "lista para su restort" usando solo una toalla de baño para cubrir su cuerpo; parecía un muy pequeño y ajustado vestido blanco; sosteniendo la toalla sobre sus pechos para hacerlos ver más grandes de lo que ya son; con el largo de la toalla cubriendo su cintura como si de un vestido muy ajustado se tratará; y por último con la parte inferior de la toalla cubriendo poco menos de la mitad de sus muslos, no dejando nada a la imaginación ya que casi todo en ella se podía apreciar.
     Por si su belleza fuera poca cosa, parecía que el baño de burbujas le vino de maravillas, mamá parecía radiante y llena de energía, y de no ser por las malvadas y maliciosas expresiones en su cara, podría jurar que ella es mi verdadera madre y no mi bully que le robó su cuerpo de alguna manera.
    Su corto cabello rubio estaba un poco húmedo y goteando agua de la bañera sobre sus hombros, recorriendo todo su cuerpo y provocando que la ajustada toalla que la cubría se viera aún más ajustada, mamá se veía hermosa, rejuvenecida, con un buen aroma y que podría cautivar a cualquier hombre... cualquiera menos yo, ya que bajo cualquier contexto que lo imaginé, la situación solo es rara, confusa y humillante. Ya sea que tenga a mamá o a mi bully frente de mi, yo no estaría cómodo, y sus palabras solo lo hacían peor para mi, por lo que la idea de abandonar la apuesta se cruzó por mi cabeza.
-¿Entonces te rindes? Si lo haces, más te vale no pedir una oportunidad más otro día ni olvidar cual es tu lugar, idiota-
    Mamá dijo al salir por completo del baño, caminando alrededor de mi como un depredador acechando a su presa, o tal como hacía mi bully para intimidarme cuando estábamos en la escuela, era parte de su rutina, una de la cual nunca me pude liberar por mi cuenta, y de la que parecía que está vez no sería la excepción ya que sin pensarlo agache la cabeza mientras soportaba su presencia cerca de mi.
-Supongo que para no olvidarlo, me quedaré con está porquería-
    Al oír esas palabras, mi cabeza se movió por si sola, descubriendo que "la porquería" de la que mamá hablaba, en realidad era el anuncio que hizo Maya para su club, y que al verlo cada vez más maltratado y en peor estado, no pude quedarme más tiempo agachado y sintiendo lástima por mi situación.
-¡Lo haré!-
    Dijo en voz alta, lo suficiente como para llamar la atención de mamá.
-Q-quiero decir, me tomó por sorpresa... pero lo haré, puedo seguir con la apuesta-
    Mi voz era nerviosa, esforzándome para que no temblará con cada palabra que a duras penas salía de mi boca.
-¿De verdad vas a hacerlo? ¿En serio tienes lo necesario para cumplir la apuesta? No tienes que esforzarte tanto, perdedor. Ya hiciste mucho sin desmayarte al verme así, puedes irte antes de que sea demasiado tarde-
    A pesar de lo tentadoras que podía ser esas palabras, yo me las arreglé para negar con la cabeza, parándome firme y señalando la cama.
-Cuando gustes... podemos comenzar-
    Definitivamente mi bully no se veía contento al darse cuenta de que no me podía doblegar, al menos no todavía, y aunque su cara lo decía todo, él no dijo nada más, quitándose la toalla y acostándose boca abajo en la cama para comenzar el masaje.
    No estoy seguro de donde saque valor para afrontarlo, pero lo hice, y ahora que lo tenía de espaldas me sentía un poco más tranquilo. Quiero decir, tener a "mamá" de espaldas a mi tampoco era lo mejor, no era una vista que disfrutará en lo más mínimo, de verdad que no la disfrutaba, pero tenía que soportarla para continuar con nuestro trato.
-¿Así está bien?-
    Me preguntó mi bully al ponerse cómodo sobre la cama.
-Sí, así está bien. Vamos a comenzar. Primero: quiero que te relajes... concentrate en la música de fondo... respira lentamente... intenta averiguar cual es el aroma de la vela-
-¿Qué tonterías son esas? Dijiste que me darías un masaje y no aceptaré menos que eso-
    Como era de esperarse, no perdió el tiempo en ponerse a discutir, viéndome de reojo para intentar meter presión, algo que funcionó solo un poco, obligándome aún más a estar concentrado en el tema.
-Y eso haré, pero estos pasos te ayudarán a sentirte mejor. Si quieres no tomamos este tiempo como tiempo de masaje, pero te juro que funcionará-
    No muy convencido de mi respuesta, mi bully suspiró, lo que tomé como una señal de que podemos seguir adelante.
-Muy buen... como te decía; respira, relajate, también puedes cerrar los ojos, todo esto te ayudará a sentirte mejor-
    A regaña dientes, vi como el cuerpo de mamá cerraba los ojos y hundía su rostro sobre la cama, su respiración se volvía más tranquila, su cuerpo perdía un poco de tensión y podía escuchar su relajada respiración acompañada de la música de fondo. Después de todo internet no mentía, y lo poco que pude investigar estaba funcionado, aunque sea un poco "mamá" parecía más relajada. Sin embargo, eso solo era el inició.
    Deje que mamá disfrutará del silencio por unos momentos antes de comenzar el siguiente paso, mirando con mucha atención su espalda y tomando valor para llevar mis manos sobre la misma; la parte complicada la dejaría para el final, y para dar inicio al masaje, empezaría por los hombros y la espalda alta.
    Con eso en mente, tomé uno de los varios aceites que había en el cuarto de mamá y tras un largo suspiro, lo deje caer lentamente en su espalda.
-¿¡Qué demonios estás haciendo, imbécil!?-
    El silencio desapareció de un momento a otro, y mi supuesta madre que parecía a punto de quedarse dormida, de repente saltó de la cama mientras me gritaba y amenazaba con el puño en alto. Por mi parte, en cuanto la escuché gritar de la forma más femenina posible retrocedí, y en cuanto miré que volteo en mi dirección sin importarle que estaba desnuda, yo me cubrí la cara para no mirarla.
-¡Perdón! ¡No sé que hice pero lo lamento!-
    Dije sin atreverme a mirar a mamá, al menos no por completo, puesto que uno de mis ojos veía que ella no se acercará para darme una paliza o algo por el estilo, encontrando en su lugar una expresión que era difícil de poner en palabras por la mezcla entre ira.. y lo que parecía ser vergüenza.
-¿Cómo que no sabes que hiciste, imbécil? ¡Seguro que lo hiciste a propósito! ¿Qué mierda me pusiste?-
-P-perdón... solo era aceite... puedes leer que es para masajes-
    Con timidez di mis razones y extendí el pequeño frasco de aceite a mamá, que de mala gana lo leyó y chasqueó la lengua, sin poder ocultar su expresión ni por un momento.
-Debiste decirlo.... No estaba lista para eso-
    Creo que mi bully intentó sonar mandón o intimidante, pero con la expresión que llevaba por toda la cara, creo que por primera vez no pude sentir tanto miedo de mamá como yo imaginaba... creo que por primera vez realmente parecía una mujer.
-Lo siento de nuevo, no creí que te fuera a avergonzar-
    Ambos nos dimos cuenta de esas palabras, no sé porque lo dije, yo quise decir "asustar" no "avergonzar", quise disculparme de inmediato e instintivamente me cubrí la cabeza, pero antes de que pudiera hacer algo, mi bully ya me estaba respondiendo.
-¿¡Avergonzar!? ¿¡Avergonzar!? ¡A MI NADA ME DA VERGÜENZA, IDIOTA! Y QUE TE QUEDE BIEN CLARO-
    Me gritó dándose la vuelta hacía mi, a lo que yo no dude en darle la espalda para no mirarla. 
-No me dio vergüenza ni nada por el estilo... solo que... ¡Solo que el aceite estaba muy frío!-
    Sus palabras, aunque con lógica, no sonaban muy convincentes, y si bien yo no iba a contradecirlo, parece que él mismo quería creer por completo lo que decía. 
-¿Eres más idiota con cada día? Vengo de bañarme con agua caliente, y tú de repente me lanzas un jodido aceite frío a la espalda, ¡Ni siquiera me avisaste! Y si vuelves a hacer algo sin decirlo, juro que te reviento con todo lo que encuentre a mi paso-
-Sí, lo siento, lo siento mucho. Te juro que no volverá a pasar-
    Él ni siquiera había terminado de amenazarme cuando yo ya estaba pidiendo perdón y prometiendo que no volvería a cometer ese error, uno el cual también me hizo reflexionar aún más. No era el mejor momento para pensarlo con detalle, pero tal como pasó con el dolor en el cuerpo de mamá, mamá no era fanática del frío, y si ese aceite de verdad le pareció frío, mi bully comparte más cosas de las que imaginé con el cuerpo de mamá.... quizás, y solo quizás, por accidente había encontrado algo útil para defenderme de mamá... solo tenía que ponerlo a prueba en cuanto tuviera una oportunidad.
    La enorme ira y vergüenza de mi bully fueron disminuyendo con el tiempo, volviendo a darme la espalda, y después de unos segundos volviendo a acostarse para seguir con el masaje.
-Empieza de nuevo desde el comienzo, es tu castigo por ser un "hijo" imbécil-
    En realidad apenas habían pasado unos minutos desde que comenzó el masaje, así que iniciar de cero era un castigo piadoso para lo que había sucedido.
    Una vez más di instrucciones a mamá para que pudiera relajarse, concentrarse en el dulce aroma de la veladora, cerrando los ojos para no preocuparse por lo que la rodea, dando ideas con las cuales podría despejar su mente y regular su respiración, para que después de unos minutos, le informará que echaría un poco de aceite en su espalda para seguir con el masaje, algo que ella aprobó después de insultarme. Pude ver como su cuerpo se estremecía un poco cuando el aceite caía sin más en su espalda, pero está vez no se quejó, ni gritó ni mucho menos puso una expresión tan entrañable como hace unos momentos.
-Joder... es mejor de lo que pensé-
    Escuché su suave susurró acompañado de un suspiro lleno de alivio cuando pasaba mis manos sobre sus hombros, haciendo que el aceite se esparciera sobre ella, moviendo con cuidado mis dedos y mis manos para masajear a mamá.
    Alguna vez le había dado un masaje a mi madre, pero siempre estaba sentada en el sofá o de pie, nunca se me había ocurrido preparar toda una experiencia de spa para ella... ni mucho menos pensé tener a mamá en las condiciones que "ella está" ahora, y que por desgracia, tendré que acostumbrarme hasta recuperar a mi verdadera madre.
    Mis manos pasaban con cuidado sobre sus hombros hasta llegar a sus brazos, pasando más veces de las necesarias en un intento de quemar tiempo, algo de lo cual parecía no darse cuenta mi matón. Después de eso, mis dedos bajaron un poco más sobre su espalda, matando el tiempo al hacer todo lo que se me ocurría sobre su espalda alta, evitando las partes más cercanas a sus pechos.
-Pon más aceite, idiota. Yo lo pago-
     No podía cuestionar a "mamá", así que con su indicación dada, yo obedecí, colocando un poco más de aceite en su espalda, haciendo que ella soltará otro suspiro mientras su espalda cada vez tenía un mejor aroma y un lindo brillo como resultado del exceso de aceite que poco a poco absorbería su piel.
    Los minutos transcurría, y por fortuna estaba exprimiendo todo el tiempo posible para evitar las partes más "femeninas" en el cuerpo de mamá, en un abrir y cerras de ojos, había gastado poco más de la mitad del tiempo recurriendo los hombros, los brazos, el cuello y la espalda alta de mamá. Por lo que no pude protestar cuando ella finalmente pidió algo más.
-¿Qué no piensas ir más abajo? Te estas tardando, idiota. Y usa más de ese aceite, no quiero que me toques con tus sucias manos-
    Me costaba creer que sus palabras sobre mis manos fueran ciertas, puesto que por casi 30 minutos no se había quejado. Sin embargo, me ahorré ese comentario, suspiré y me preparé para tocar su cintura y su espalda baja, no sin antes intentar poner un poco más de ese aceite de mamá.
-¿Qué espera? Te cobraré el tiempo que no hagas nada-
-Perdón, es que, se terminó el aceite-
    Por un breve momento mamá abrió los ojos, e imaginando las quejas que ella daría, me anticipe al mostrar otro frasco de la misma marca pero con un color distinto.
-Este esta casi nuevo, parece que solo lo usó una vez, ¿Esta bien si continuamos con este aceite?-
-Cuando vayas por las compras recuerda comprar ese otro aceite-
    Con su peculiar forma de estar de acuerdo, seguimos con el masaje de espalda, poniendo un poco más de aceite que de nuevo hizo estremecer a mamá y hacer que soltará un pequeño y raro suspiro. No quise ponerle mucha atención a eso, por lo que continúe con lo que sería la parte más complicada del masaje de espalda.
    En está ocasión mis dedos pasaban con cuidado por el contorno de su columna, acariciando con delicadeza la cintura de mamá, podía ver como ella se estremecía cada que mis dedos tocaban sus delgadas caderas, algo que por el bien de los dos quise ignorar.
    Además de su columna y su cintura, mis manos también se paseaban por su espalda baja, negándose rotundamente a llegar a su trasero, una zona que quería evitar tanto como me fuera posible tanto con mis manos como con la mirada. 
    Me imaginé que tocar esas partes del cuerpo de mamá sería complicado. Sin embargo, no pensé que hacerlo sería tan difícil como lo estaba experimentando.
    Ella no decía nada, mi bully no mediaba palabra alguna, pero su cuerpo era todo lo contrario; podía ver como se movía a cada momentos; se sacudía cuando tocaba sus caderas, se estremecía cuando me acercaba demasiado al final de su espalda; si tocaba algo con mucha fuerza ella se retorcía; y con cada momento que transcurría, podía oír suaves sonidos provenientes de los labios de mamá; y por algunos instantes, estoy seguro de que su expresión estaba tan roja como si aún estuviera dentro de la tina caliente.
-¿T-todo bien?-
    Me anime a preguntar después de un buen rato, algo a lo que mi madre no dudo en responder de una forma mucho menos grosera de lo que estaba acostumbrado.
-Por supuesto.... ¿O tienes algún problema? Dímelo para ponerme de pie-
    Si era una amenaza, no era tan amenazante como antes, ni siquiera me miraba al decir eso, y hasta donde yo podía ver, su cara tenía una expresión de vergüenza y placer, que ojala me hubiera evitado mirar.
-Te pondré más aceite, ¿Esta bien?-
    Ella asintió sin decir más, por lo que puse una generosa cantidad de aceite sobre su espalda que mamá notó de inmediato, moviendo su cuerpo al sentir el aceite que se esparcía sobre ella.
    La idea al ponerle todavía más aceite era lograr que ella se relajará, pero parece que conseguí todo lo contrario porque más que nunca su cuerpo se movía, sus caderas, sus brazos, incluso sus piernas, de milagro no se daba la vuelta para evitar el contacto con mis manos, y sin embargo cada vez que me detenía por unos segundos, ella volvía a decir que todavía le quedaba tiempo de masaje y que no me detuviera, creo que lo estaba disfrutando demasiado, y el motivo por el cual era tan bueno para ella no podía comprender ni cuestionarlo, solo pude quedarme en silencio tratando de evitar la vergüenza e incomodidad de tener a mamá con esa expresión sumisa en la cara y retorciéndose por el placer que le daban mis manos.
-¿Qué hora es?... ¿Y-ya terminamos?-
    Me preguntó mamá al levantar la cara de la cama, mirando alrededor para ubicarse e intentar volver a la realidad.
-No es tarde, te quedaste dormida unos 15 minutos. Tú tienes la última palabra, pero creo que deberías vestirte e ir a la cama-
    Le recomendé a mamá que con una expresión adormilada me veía a lo lejos limpiando las cosas que use para su masaje.
-¿Qué me hiciste?-
-Esa pregunta es rara... Yo no te hice nada salvo lo que acordamos....-
    Ignorando que mi bully utilizó la peor elección de palabras posibles, suspiré para decirle que sucedió después de que ella se durmió.
-Diría que te dormiste faltando unos 10 minutos del masaje. No sé si lo recuerdas, pero te puse aceite de masaje en la cintura y más abajo, en algún punto dejaste de quejarte o de dar ordenes, te llamé pero no respondiste. Supongo que ahí fue cuando te quedaste dormido, pero te juro que yo seguí masajeando hasta que se cumplió la hora, después de eso te puse una cobija en la espalda y empecé a limpiar todo-
    Como pocas veces, mi bully parecía estar de acuerdo con lo que yo decía, mirando como su cuerpo desnudo estaba cubierto por una cobija, revisando la hora en su teléfono y viendo como muchas cosas del improvisado spa ya estaban limpias en su lugar.
    Supongo que "mamá" seguía bastante dormida, pero fuera el motivo que fuera, no lo iba a cuestionar, lo importante es que ella parecía creerme y no me estaba echando la bronca por lo que hice o no hice. Por una vez no quería discutir, y dadas las circunstancias, no podía esperar un mejor resultado.
    Mamá se tomó un minuto acostada en la cama, posteriormente se sentó y cubrió su cuerpo con la cobija. A pesar de solo dormir poco menos de media hora, parecía que despertó de una siesta profunda y que le estaba tomando más de lo necesario volver a la realidad, algo que no cuestione ni presioné.
-¿Ya te dije que eres un bastardo afortunado?-
    Soltó al aire después de varios minutos sentada en lo que yo limpiaba su habitación.
-Sí... supongo que lo has dicho algunas veces-
    Ante mi respuesta hubo silencio, más silencio del que me gustaría, por un momento pensé que se había quedado dormido de nuevo y me vería obligado a ponerle algo de ropa y meterlo a la cama, pero mientras ya me hacía a la terrible idea de cuidar del cuerpo de mamá, pude escuchar un suspiro seguido de una indicación.
-No te creas la gran cosa por haber ganado esta apuesta... una apuesta es una apuesta....-
    No pude evitar mirar a mamá cuando dijo esas palabras con una expresión de enojo y frustración en el rostro, mostrándome el dedo medio seguido de extenderme su mano.
 -Dame la jodida pluma y largate de mi habitación. Por hoy has ganado tú, pero más te vale mejorar en los masajes... y no volver a utilizar ese raro aceite-
    ¿Hubo problemas con el aceite? Quizás por eso mamá solo lo usó una vez. No obstante, ese era problema del mañana, porque ahora todo lo que me importaba era darle una pluma a mamá para que firmará el permiso provisional para unirme al club de Maya.
-Gracias-
    Susurré con timidez cuando ella me arrebató la pluma con la mano izquierda y sostuvo el cartel con la mano derecha.
-Sí, sí, lo que sea. Solo recuerda que en el momento que lo arruines, se acabó el permiso-
    Con mucha habilidad mamá hizo su firma en el anuncio de Maya, me lo arrojó junto con la pluma e hizo un gesto de desdén con la mano para que me marchará.
-¿En serio hay gente que cree en esas mierdas? Es una idiotez.... Como sea, mientras no falles con tu parte, pierde el tiempo como quieras-
    Sin darme otra oportunidad para agradecer, mamá me volvió a decir que me fuera de su habitación, primer orden que disfrute de cumplir al salir de inmediato para sonreír, levantar el puño en alto y disfrutar de lo que sería mi primera victoria contra "mamá" y mi primer avance en recuperar cierta normalidad en mi vida.
-Lo logré.... en serio lo logré... puedo lograr esto-
    Me susurré con orgullo y alegría, saboreando por completo la victoria, la que esperaba fuera la primera de muchas más, y que ahora con un poco más de libertad no solo podré ayudar a mi amiga, también podré encontrar tiempo y espacio para buscar una forma de traer de vuelta a mi mamá.
-Ahora que lo pienso, ¿A que se refería "mamá"?-
    Me da algo de vergüenza admitirlo, pero hasta ahora no he visto el cartel de Maya. Es decir, tomé uno de muchos diseños que había, pero no me detuve a leer ninguno, tampoco lo miré cuando Maya me lo entregó y como recién lo he recuperado, apenas voy a averiguar de que se trata el club que Maya intenta volver realidad.
-Ahora entiendo... supongo que tiene sentido... eso explica porque es una tontería para mamá... pero creo que va muy bien con Maya-
    Mirando con una sonrisa la perfecta firma mi madre, la señorita Linda Liare, puedo decir que estoy un paso más cerca de unirme al club escolar que está creando mi valiosa amiga, la jefa y líder del futuro club de ocultismo.

sábado, 22 de marzo de 2025

Gata domestica 2

    Los lascivos azotes se oían con fuerzas al igual que mis gemidos ante cada embestida que mi culo recibía, totalmente inmovilizada y sumisa al placer que mi hombre me daba con tantas fuerzas para hacerme correr una y otra vez sin descanso, desde hace más de una hora como consecuencia de la desobediencia y de intentar hacer una escena contra "mi amo", quien no mostraba compasión al mostrarme cual es mi lugar a partir de ahora.
    ¿Cómo fue esto posible? Hasta hace unas horas solo era una visita a casa de mi novia, quien me confrontó con evidencias por haberlo engañado con alguien más. Incluso al ser atrapada, no quise reconocer mi error, y lejos de disculparme, intente convencerlo de que él era quien estaba cometiendo un error al llevarme la contraria, que debía disculparse de inmediato y que solo después de comprarme algo a la altura de la mujer que soy, pensaría en quizás perdonarlo. Estaba segura de que él se doblegaría ante mis amenazas, ¡Él siempre lo hace! O mejor dicho, siempre lo hacía para tenerme contenta, pero está vez no resultó como esperaba, y muy lejos de disculparse o de cumplirme mis caprichos, mi novio se mantuvo muy firme en su postura de disciplinarme porque dentro de su casa soy su mascota. 
    Como era de esperar, yo nunca sería sometida a tal ridiculez ni le dejaría a él ser quien lleve las riendas de nuestra relación, pero muy poco importó mi opinión una vez que él sacó ese viejo y extraño libro.
    Recuerdo que después de nuestra discusión, mi novio con mucha confianza tomó el libro con una mano y comenzó a leer sus páginas, provocando así que todo el libro emitiera un intenso brillo que me asusto un poco. Un libro no tenía porque brillar, menos cuando él lo estuviera leyendo en un idioma que no entendí, y que cuando finalmente terminó su lectura y cerrará el libro, un montón de extraños sucesos comenzaron a suceder dentro de mi.
    Era como si estuviera hechizada o algo así, estoy segura de que ese libro tuvo alguna clase de efecto sobre mi, porque en el momento que él dejó de leer, fue que me percaté de todas esas sensaciones en mi cuerpo.
    Me sentí más dócil de lo que nunca imaginé, ver a mi novio era como ver a una imponente figura de autoridad frente a mi, y aunque hace unos momentos yo quería verlo de rodillas disculparse por acusarme de algo que sí hice, después de que él leyó todo lo que podía hacer era agachar la cabeza debido a la vergüenza de mis acciones, esperando a que él diera una orden o indicación para obedecer.... era muy raro y humillante de pensarlo así, pero era como una niña pequeña que hizo algo malo, y ahora quiere enmendar las cosas con su padre para que ya no esté enojado. De un momento a otro, mi novio dejó de verse como un debilucho al que podía dominar a completa voluntad, a alguien muy poderoso del cual debía sentirme agradecida por tener en mi vida, y que lo menos que podía hacer para él, era portarme bien.
    Además de una extraña sumisión ante la presencia de mi novio, había algo más en mi, algo que ni en mis peores momentos había sentido... un deseo tan intenso... de hacerlo, que me daba vergüenza reconocer lo caliente que me sentía una vez que terminó de leer ese libro. 
    Sentía mis pezones duros, mi entrepierna ponerse húmeda, frotaba mis muslos el uno contra el otro con la cara toda sonrojada mientras hacía mi mayor intento de mantener concentrada y no ceder ante lo que mi cuerpo quería tan desesperadamente de un momento a otro.
    Sentí que me faltaba el aliento, me costaba ver a mi novio, me costaba aún más pensar con claridad, y entre todo ese remolino de emociones tan intensas que sentía, vi como mi novio se acercaba para sujetar mi collar y comenzar a caminar hacía su habitación, cosa que en completa sumisión acepté, caminando en silencio detrás de él tal como una mascota haría al salir de paseo con su amo.
    Dentro de su habitación, mi novio ya tenía prepara la siguiente parte de su "castigo para disciplinarme", puesto que consiguió un juguete muy especial donde me acercó, encadenó mis muñecas y tobillos, para posteriormente quitarme el pervertido atuendo que él mismo me colocó. 
    De solo ver el lugar donde recibiría disciplina todo mi cuerpo se estremeció de emoción, no había experimentado tal sentimiento antes, y no puse nada de resistencia en el momento que él me ató ni mucho menos cuando me desnudo para darme algo que deseaba de forma desesperada.
    No puedo estar segura de si todo esto fue obra suya o el libro tuvo que ver, alguna clase más de duro y directo efecto de lo que sea que él intentó conmigo. Sin embargo, fuera todo mérito de mi novio o no, tengo que reconocer que ha sido la mejor noche de mi vida en la cual sacó su lado más salvaje y dominante para mi, que tal como su deseada "gatita sumisa", disfruté desde una nueva perspectiva tan placentera como degradante. Ni yo misma podría creer que era una mujer dominante que siempre le gusta llevar el control en estás situaciones, porque justo ahora y debajo de mi novio, no pude hacer más que gemir, disfrutar y pedir más de todo lo que él tenga para darme mientras escucho y obedezco cada palabra dada por mi amo.
-¿Vas a obedecer?-
    Me pregunto con completa autoridad, a lo que con completa sumisión le respondí.
-¡Ah! Sí, sí lo haré-
    Una nalgada me hizo retorcerme de placer, solo para recibir otra igual a los pocos momentos, sin detener ni un segundo las embestidas que me hacía suplicar por más.
-¿Si que? ¿Qué harás?-
-Obedecer a mi amo-
-Bien dicho, eres una linda y cachonda gatita, así que como premio podrás elegir si lo quieres dentro o fuera-
    Algo que en otro momento nunca hubiera permitido, ahora me parecía la mejor recompensa, a la cual respondí de inmediato y sin ocultar mi entusiasmo.
-¡Dentro! ¡Dentro! ¡Lo quiero dentro, por favor!-
    No podía creer lo que de mi voz salía, hasta suplicaba por eso y lo pedía por favor, algo que en ningún otro momento haría, ahora lo hacía por culpa del buen sexo de mi novio, y muy seguramente por culpa de su libro también.
-Para ser la primera vez que intentamos por este lugar lo haces como una campeona, pero mi linda gatita lo tendrá todo a dentro y después seguiremos negociando como vivirás el resto del fin de semana para que no olvides la lección, ¿Entendido?-
    Sintiendo como su miembro palpitaba dentro de mí y mis piernas me fallaban con la entrepierna totalmente húmeda, tuve otro orgasmo al sentir como mi amo terminaba en lo más profundo de mi, deteniéndose solo unos segundos antes de iniciar el siguiente round sin importarle que yo estuviera lista o no, eso también era parte de su ejemplar castigo.
Créditos a quien correspondan.
    Horas, después de largas horas de dura y severa disciplina por parte de mi novio, él finalmente se había quedado sin energía, algo que le tomó mucho más tiempo que a mi, que incluso si no podía estar de pie, no lo detuvo de seguir dándome un castigo que tal como buscaba, no podré olvidar con facilidad... Supongo que para bien o para mal, ni yo lo quiero olvidar.
    Al menos una vez que terminamos, mi novio estaba dispuesto a soltarme del juguete en donde me metió para "negociar" como sería mi vida bajo las ordenes de mi amo siempre que estuviéramos en su casa, lo cual parecía sería mucho tiempo como compensación por haberlo engañado, algo a lo que por muchos motivos no me podía negar.
-De acuerdo, empecemos por algo sencillo: quiero que mi kitty cada que quiera hablar ronronee o diga "nya" al final de sus frases, eso la hará aún más linda y no olvidará tan fácil su lugar dentro de mi casa-
    Aunque mi instinto buscaba pelear y quejarme de la petición de mi novio, por alguna razón me puse completamente roja ante sus palabras, necesitando un momento para armarme de valor y responder.
-Eso... eso... eso sería muy humillante...-
-Exacto, esa es la idea-
    Mi intento de protesta fue cuando menos patético, después de eso no pude decir nada más para negarme a su cruel y unilateral decisión, dando pie a que él pudiera seguir aumentando sus exigencias.
-Otra cosa que quiero es que siempre me llames "amo", nada de apodos o usar mi nombre, si lo haces serás castigada-
    Una vez más intenté hablar, estoy segura de que moví mis labios, pero de mi boca no salió palabra alguna.
-Además, el amo tiene total control sobre su mascota, así que él decide que comer, vestir, hacer y como cuidar de su gatita-
    Una de sus manos, la misma con la que tantas veces me azotó hace poco, ahora acariciaba mi barbilla con cariño tal como haría cualquier persona al mostrarle afecto a un animal del hogar. En otro momento le hubiera quitado la mano de un golpe o lo hubiera mordido, pero en está ocasión solo pude levantar la barbilla y acercarme a su mano para que él me mimará de una forma muy distinta a la habitual. Cuando me di cuenta de eso y como lo disfrutaba, intenté retroceder, pero el daño ya estaba hecho y mi novio había sido testigo de cada una de mis reacciones.
-Por último, y no por eso menos importante: cualquier intento de desobediencia al amo, por muy pequeño que parezca, deberá y será castigado como el amo quiera. Por está ocasión el castigo fue uno bastante íntimo, pero no esperes que siempre sea tan amable contigo-
    ¿Eso fue ser amable conmigo? Tengo todo el trasero adolorido, las piernas temblando y apenas recuperé el aliento. Si a eso lo llama "ser amable", la sola idea de enojarlo de verdad o recibir un peor castigo, hacía que mi cuerpo temblará y que la idea de ser "una buena gatita" se sembrará más y más dentro de mi cabeza tal como una doctrina que se debe obedecer al pie de la letra y sin realizar cuestionamientos.
-No te preocupes, gatita. Si te portas bien, recibirás caricias, podrás dormir en mi regazo, te compraré cosas lindas y disfrutarás mucho de tus días en mi apartamento, pero no te portes mal, porque no tendré problema en encerrar a mi gatita traviesa dentro de su juguete favorito por todo el fin de semana-
    De solo pensarlo pude sentir como mi piel se erizaba, y por mucho que me humillará reconocerlo, ser una linda y obediente gatita para mi novio sería cosa mucho más sencilla que soportar la vergüenza y dureza de su castigo al dejarme expuesta dentro de nuestro juguete que tanto placer me ha dado está ocasión.
    Con las reglas establecidas, el amo se acercó un poco más a mi y se agachó para mirarme a la cara.
-¿Alguna objeción, Kitty?-
    Incluso si la había, no es como que pudiera decirla, no tenía objeciones en estos momentos, por mucho que me doliera, me humillaría y me sometería a sus reglas. Sin embargo, solo una vez más pude hablar, y lo hice para preguntar algo que de no tener respuesta, no me dejaría tranquila por el resto de mis días.
-¿Cómo?-
-¿Perdón?-
-Cómo me descubriste?-
    Aún si eran pocas palabras, me tomó un gran esfuerzo poder decirlas. No obstante, ese esfuerzo fue respondido por una burlona sonrisa de mi novio.
-Si lo dices de forma correcta, quizás tengas respuesta-
    Toda mi cara se tiñó de rojo al oír eso, puesto que sabía de sobra a que se refería mi pareja. Fue un debate breve dentro de mi, el cual tuvo la respuesta que mi novio deseaba.
-¿Cómo... cómo me descubriste... nya?-
    Contra todo mi orgullo y buen juicio, dije justo lo que mi pareja quería, "recompensando" mi esfuerzo con unas cuantas caricias más.
-Solo fue un truco de magia, Kitty-
-¿Un truco de magia?-
-No tienes de que preocuparte, pero si quieres saber los detalles, tendrás que ser una buena gatita por lo que queda de visita-
    Sin dejarme responder, mi novio me desató y me metió a la bañera, donde cuidadosamente me limpió, me vistió y posteriormente me acostó sobre su regazo para descansar un rato. No era exactamente lo que quería como respuesta y recompensa, pero con todo el cuerpo cansado y adolorido, supongo que una siesta es necesaria para en otro día seguir descubriendo como él se dio cuenta de mi infidelidad, y como fue capaz de dominarme a completa voluntad. Solo espero ser capaz de hallar toda la verdad, antes de que este juego de ser su gatita llegué demasiado lejos, puesto que una vida como su gatita sumisa dentro de su apartamento es algo que difícilmente creo ser capaz de soportar.
Créditos a quien correspondan.

viernes, 21 de marzo de 2025

Un mal presentimiento

    Pensaba que no era un buen día mientras entraba a los vestidores de chicas, había varias cambiándose su ropa deportiva a algo más casual, o como yo iba a hacer, tomando su ropa para meterse a la ducha del gimnasio antes de cambiarse. No había sudado demasiado, pero nunca estaba de más ver a las auténticas mujeres al desnudo en la ducha, incluso puede ser que ahí tenga mejor oportunidad para ver, tocar o hasta salir con alguna y así cumplir mi meta, además de quitarme este horrible mal presentimiento que tengo desde que llegué al gimnasio este día.
    Mi modus operandi era el mismo desde hace tiempo: merodeaba por algún sitio durante semanas para aprender los horarios de las chicas y una vez localizada mi presa, o sencillamente para pasar el rato, me tomaba una píldora que me transformaba en chica para así hacerme pasar por una de ellas y ver que conseguía; verlas, tocarlas, besarlas y mis favoritas, poder tener un poco de sexo con ellas. Claro, aunque ellas pensaban que sería cosa de una vez entre una chica y una chica, la realidad era que cuando llegábamos al hotel o un lugar solitario, me quitaba los efectos de la píldora para poder divertirme con ellas como todo el hombre que soy. Ellas no siempre estaban de acuerdo en que en secreto un hombre fuera la persona con quien pasaron todo el día y con quien estaban por tener relaciones, pero a esas alturas no tenían escapatoria, y simplemente lo hacía con ellas para marcharme del sitio y repetir el proceso en algún otro lugar con alguna otra pobre y hermosa víctima.
    Esta vez, el lugar que escogí hace tiempo fue un gimnasio femenino al otro lado de la ciudad, perfecto para mí en tantos sentidos y con varias chicas hermosas con las que creía tenía una oportunidad de satisfacerme cada que lo viera necesario.
    Sin embargo, cuando tomé la pastilla y entré al gimnasio con mi versión femenina de mi cuerpo, no había ninguna de las chicas por quienes me sentía atraído. Fue un poco decepcionante y sorprendente darme cuenta que todas las chicas a quienes quería justo hoy había faltado al gimnasio, pero esos imprevistos suelen pasar y ya que había tomado la pastilla, sería un desperdicio no quedarme a observar o ver si conseguía algo interesante de segunda categoría.
    Trabajé todo mi cuerpo femenino un buen rato para no levantar sospechas, charlé con otras chicas en búsqueda de alguna que fuera interesante, y cuando finalmente me pensaba ir, entré a los vestidores por mis cosas para ir a las duchas, nada malo había pasado, pero me era imposible quitarme esa sensación de que algo andaba mal.
    Un buen baño despejaría mi cabeza y desnudándome por completo entre a una sección de regaderas vacías, el resto estaban llenas o fuera de servicio por lo que tuve que irme a las más alejadas y solitarias a limpiar mi cuerpo y con algo de suerte también quitarme esa extraña sensación de que algo sucedía sin que me diera cuenta.
    Recién abría las llaves y empezaba a mojar mi bondadoso cuerpo desnudo, cuando escuche que alguien más se acercaba y decía.
-No hay duda, es ella-
-¿Perdón? ¿Que ocurre?-
    Pregunté dándome la vuelta y viendo a tres mujeres de piel bronceada, mayor altura que la mía y una marcada figura acercándose a mi, todas me tenían a la mira y en mi estado total de sorpresa, solo se me ocurrió actuar de buena manera.
-¿No nos recuerdas? Por qué nosotras a ti sí te recordamos-
    Dijo una de cabello rubio con quien estuve ejercitando.
-Son las chicas con quienes me ejercité un rato, ¿No? Mica, Sabrina y Cecilia-
    Las tres comenzaron a reírse mientras me rodeaban y cerraban la puerta de las duchas, poniéndome cada vez más nervioso en el proceso.
-Sí, pero igual que tú, tenemos otra identidad, te daré una pista de la mía: Diciembre 17, boda en un yate-
    Esa respuesta tan precisa me estremeció y aumentó la ansiedad que sentía desde muy temprano por el día, no tenía idea de cómo pero ella sabía quién era en realidad y yo supe quien era en realidad, puesto que fue una chica con quien me acosté a la fuerza en esa fecha, aunque se ve muy diferente a aquella vez donde la engañé y fue muy tarde para echarse atrás.
-¿Y te acuerdas de mí? Quizás sin el parche me recuerdes mejor, pero por las dudas: Octubre 23 en un centro comercial-
    La chica del más largo cabello oscuro y arreglado en una trenza se quitó el parche, revelando un ojo rojo que era imposible de no recordar, lo "hicimos" en la salida de emergencias del lugar que ella mencionó, y mi forma de seducirla fue con cumplidos por la diferencia en el color de sus ojos.
-Por último, yo fui la más reciente, el 12 de enero en el estacionamiento, y quiero creer que he sido la última desde entonces-
    Comentó la última chica con el cabello arreglado en rastas y siendo, tal como dijo, la chica más reciente de quien me había aprovechado.
-P-pero...¿Cómo es posible?-
    Pregunté antes de chocar mi espalda contra la pared de las duchas, dando oportunidad a las chicas de acercarse aún más, siendo la de octubre quien empezaría a hablar.
-No creo que te merezcas una explicación, pero en resumen, nosotras nos conocimos, descubrimos ser tus víctimas y decidimos vengarnos. No lo supiste entonces, pero yo tengo mucho dinero, este gimnasio es de mi propiedad, un sitio perfecto para atraer al idiota que siempre usa su misma forma de mujer sin importar el sitio. Un mal movimiento para alguien que estaba siendo desagradablemente inteligente-
    Todas empezaron a desnudarse frente a mi, haciéndome enrojecer y temblar al ver que tenían debajo de sus atuendos justo en la entrepierna.
-¿Te gustan? Eso espero porque tendrás los 3 a la vez. Nosotras también podemos jugar ese juego de cambiar de sexo, aunque más bien fue de aspecto; las pastillas que nosotras utilizamos nos cambian un poco físicamente, nos vuelven más fuertes y claro, nos dan un dotado compañero para utilizarlo en una pobre damisela indefensa como tú-
    En ese momento quise huir echándome a correr pero ya era demasiado tarde, sujetando mi cabello volvieron a ponerme contra la pared y a merced de aquellas mujeres sedientas de venganza.
-¿Por qué tanta prisa, querida? No podrás escapar de ninguna de nosotras, y aún si sales de las duchas, nadie en este lugar se molestara en ayudarte, así que solo portate bien y vuélvete nuestro juguete por un rato tal como tú hiciste con nosotras-
    Dijo la mujer de rastas quien me lanzó el frasco de pastillas que me volvían mujer, no sabía para qué me lo daban, pero mi duda fue resuelta por la rubia casi de inmediato.
-Tómate todas las pastillas, no hay riesgo de sobredosis, lo único que pasará al tomarlas es que te volverá mujer mucho más tiempo, creo que quedaban unas 20 pastillas lo que nos dará tiempo de jugar contigo por el resto de la semana, con suerte un poco más-
-¡P-pero no! Aguarde, si tomo tantas pastillas no solo se prolonga el efecto, también hay un mayor riesgo de embarazo y si eso sucede, me quedaré como mujer para siempre-
    Proteste con un miedo genuino esperando algo de clemencia de las mujeres, cosa que nunca llegó y que sólo provocó las risas de las mismas.
-¿No es un poco hipócrita que nos digas eso? Todas te pedimos que pararas, que no lo hicieras o que al menos tuvieras cuidado con ello pero a todas nos ignoraste, ¿Por qué nosotras deberíamos hacerlo? Para nada, te pagaremos con la misma moneda y mismos riesgos, solo que tú tendrás que soportarlo más tiempo y con 3 chicas a la vez. Hablando de eso, será nuestra primera vez con este tipo de relaciones así que tendrás que perdonar si somos un poco duras, ¿Listas, chicas? Enseñemos le a ese idiota como se siente-
-No, por favor, aguarden, debe haber otra manera así que-
    Todas asintiendo y se acercaron, interrumpieron mis palabras para hacerme tragar las pastillas y sin importar todo lo que decía, ellas me sometieron y hablaban de que agujero usarían, como me llamaría, como me tratarían y detallaba con palabras y lujo de detalle todo lo que viviría como venganza por el infierno que les hice vivir a todas esas damas hasta convertirme en una de ellas.
Créditos a quien correspondan.

jueves, 20 de marzo de 2025

Puerta Tg

 -Oh por dios, ¿¡Que es lo que me ha ocurrido!? ¿¡Cómo es que me veo como una chica!?-
    Me decía a mi mismo cuando entré al baño, sintiendo un repentino cambio en todo mi cuerpo que de inmediato noté gracias al espejo frente a mi y al cual corrí a verme de forma ridícula por mi poca habilidad con los tacones de aguja que llevaba puestos.
    Una poca habilidad que me duro muy poco tiempo, puesto que al avanzar hacía el espejo, entre más me movía, más hábiles se hacían mis movimientos, lo cual aunque me ayudaba, también me hacía sentir que me había convertido en una chica no solo por mi aspecto, también por mis conductas. Sin embargo, aún más importante de si se actuar como chica o si me veo como una chica, no tengo la menor idea de por que me había convertido en una chica.
-¿En serio esto me paso solo al cruzar la puerta?-
    Me pregunté viéndome al espejo una vez, notando ahora como voy vestido, con un atuendo tan llamativo y pegadito a mi cuerpo por donde se me viera que me hacía poner rojo de la vergüenza por vestirme de está manera, incluso si no lo quería, no tenía de otra más que usar está provocativa ropa.
    Muchas ideas llegaron a mi cabeza para responder a la incertidumbre de como termine viéndome de está forma, como por ejemplo algún truco de magia o maldición, karma, mala suerte, un deseo oculto o muchas otras tonterías más, pero no había nada que me hiciera sospechar en especial de alguna de todas estas ideas que se me ocurrían, no había pista alguna, era como si solo me hubiera convertido en una chica tras pasar la puerta del baño, lo cual si me detengo a pensar, me recordó a una teoría de Internet que escuché hace mucho tiempo.
    Según algunos lugares, personas y creencias, se dice que una puerta es un umbra hacía otro mundo, otra realidad, otro universo, incluso algo que distingue entre la vida y la muerte, llevándote a sitios inimaginables con respecto a lo que cada uno conoce, y que simple y sencillamente es algo que le pueda pasar a cualquiera en cualquier momento.
-Pero.... No hay forma de que me haya ocurrido eso a mi, ¿Cierto? Eso es solo un cuento... no hay manera en que sea verdad...-
    A pesar de las palabras dichas por mi nueva y aguda voz, ni yo mismo podía darme confianza, ya que por muy absurda que sonará la explicación, ¿Qué otra cosa pudo haberme convertido en mujer? Algo igual o aún más ridículo que haber cruzado una puerta hacía otro lugar y con otro cuerpo.
    Entre más lo pienso y más busco una explicación, peor suena la idea de que me convertí en mujer cuando quise entrar al baño, pero no encuentro alguna explicación. Quiero decir, hasta hace unos instantes yo era un joven adolescente en medio de una grandiosa fiesta y con solo cruzar la puerta del baño, mi cuerpo cambió por completo a esta impresionante mujer que lejos de verse como una adolescente, parece una preciosa universitaria por la que cualquiera en la fiesta se moriría por pasar el rato.
    Mi cabello ahora está azul o teñido de azul; tengo enormes pendientes dorados a juego con un collar elegante en mi cuello; mis labios tienen un color rojo muy intenso junto con un agradable aroma a fresas, por no decir que toda mi cara está bien maquillada; sin embargo, lo más sorprendente para mi no es mi rostro o mi cuerpo, es mi atuendo, ¿Que onda con todo mi atuendo? Voy con una blusa y una falda tan pero tan, ajustadas que siento se romperán en cualquier momento, ¿Qué tipo de tela es la ropa que estoy usando? Es reluciente y me oprime por todas partes, los pechos se ven tan ajustados, más bien los pechos están apretados, tanto que incluso el sostén lo siento presionar todo mi cuerpo. Esta especie de blusa además de apretada es corta, deja todo mi vientre a la vista, y parece que en lugar de usar más tela para tapar todo mi cuerpo, parece que hicieron la ropa tan corta con tal de hacer estos extraños guantes rojos a juego que también se pegan a mi piel. Una vergüenza y fastidio por donde se me miré.
    Luego de ver mi cintura desnuda empieza la mini falda roja, también llevo un cinturón de puro adorno porque con la presión de la falda ni me hace falta utilizarlo, siento por todos mis muslos y trasero la ajustada tela de mi ropa, y si puedo sentir tan claramente todo en mi cuerpo, puede que no lleve bragas debajo de la falda, ¡Es imposible no sentir unas bragas o una tanga con este atuendo! Solo para estar seguro eche un vistazo, con el cual confirmé la ausencia de mi ropa interior con este lascivo cuerpo.
    Lo único bueno de esta falda es que nadie podrá ver lo que llevo debajo por accidente o algo así, aunque claro, yo me moveré como tortuga y mi culo estará marcado con cada paso. Y eso si es que me puedo mover, los tacones de plataforma que ahora llevo me están haciendo la vida imposible, con cada paso hasta el espejo me tambaleaba como nunca y aunque mi andar mejoró, no creo ser capaz de aguantar este calzado por el resto de la noche.
    Puedo intentar quitarme los tacones pero debo tener un sitio donde sentarme porque ni de broma podré mantener el equilibrio con una sola de estas cosas y si me tiro al suelo para sacarlos estoy seguro de que romperé mi ropa. Lo único peor que usar este atuendo, sería usarlo roto o tener que dejar de usarlo y andar semi desnuda como toda una pervertida.
    Ya llevo unos minutos viéndome frente al espejo y sigo sin creerlo como en el primer momento que me di cuenta de mi nuevo aspecto y la problemática situación en la que estoy atrapado, pero hasta que no averigüe cómo volver a la normalidad tendré que adaptarme a verme de esta forma, con este cuerpo.
    Caminaré lo mejor que pueda y con suerte tras cruzar la puerta volveré a la normalidad pero si eso no funciona, tendré que vivir el resto de mi vida de esta forma o hasta que sea capaz de hallar una solución.
Créditos a quien correspondan.